Este maldito virus y nuestro querido buceo
Este virus que todo lo modifica nos preocupa mucho a toda la población y nuestros motivos tenemos. Se está llevando a mucha gente en todo el Planeta y la situación que estamos viviendo en esta sociedad a nivel mundial está siendo triste y desagradable. Nadie creía que esto evolucionase de esta manera y en mi humilde opinión, nadie o casi nadie pensábamos que esto nos llevaría a donde nos está llevando.
Desde aquí me gustaría aprovechar para dar el pésame a todas las personas que están sufriendo las complicaciones del virus de cerca. Es muy triste tener que perder a un ser querido y todavía lo es más en las condiciones que nos están tocando vivir ahora. También me gustaría aprovechar para dar las gracias a todas las personas que estáis en primera línea luchando contra todo esto y haciéndonos la vida más fácil a los demás, a las personas que desde la segunda línea lucháis y colaboráis, de cualquier modo, directamente en esta batalla contra el virus y a los que desde la tercera línea cumplís con la lógica, la ética y la conciencia quedándoos en casa y siguiendo al pié de la letra todas las normas y recomendaciones existentes.
Dicho esto, somos muchos los amantes del buceo que nos preguntamos cuándo podremos volver al agua y la verdad es que por el momento nada tenemos concretado. Por el momento en este sentido todo seguirá como hasta ahora y seguiremos con el confinamiento. Yo diría que ni siquiera podemos empezar a meter los reguladores en la bañera de casa para que se vayan humedeciendo. Hemos de ser responsables y no olvidar nunca la magnitud de la catástrofe ante la cual nos encontramos y no, creo que no debemos todavía ni pensar en bucear. Es bastante obvio.
Hace una semana, más o menos, se escucharon rumores de que determinadas actividades deportivas de contacto interpersonal no se podrían retomar hasta el mes de agosto. En la prensa se hizo especial mención a los centros polideportivos y los gimnasios.
Se nombró el mes de agosto, se nombraron reducciones de aforo del 30% y del 50% en lugares como los vestuarios y por supuesto (como manda la más pura lógica) incrementando las medidas de higiene y controlando el cumplimiento de las normas que evitan el posible contagio.
Creo que nuestra más preciada actividad se asemejará a lo que ocurra con este tipo de actividades que acabamos de mencionar. Pero no deja de ser un «creo que». Imagino (y sería lo lógico, por otro lado) que la federación y las diferentes certificadoras en nuestro país deberían proporcionar alguna información al respecto, cuando la tengan por parte del Gobierno o de alguna entidad superior.
Todos estamos con ganas de bucear, pero hemos de pensar con los pies en la tierra, aunque la cabeza esté en el agua. La situación es muy grave. Esto está siendo una desgracia mundial. Nosotros queremos bucear, otros quieren jugar al fútbol, otros salir en grupo con las bicis, algunos solo quieren pasear en familia por el parque; pero no hemos de olvidar que todavía muchos lo único que desean es curarse, no perder al familiar que tienen en la UCI en la delgada línea roja, no morir o dejar de estar en sus casas con mucho miedo, por ser personas con mayor riesgo, rezando en todos los idiomas por no contagiarse. Ética, lógica y empatía. Es simple. Debemos dejar el ocio en un tercer plano. Tristemente es muy pronto todavía.
Algunos me han comentado que no tardaremos, alentados por la noticia de hoy en la que el Gobierno ha comunicado que podríamos salir a hacer deporte a la calle. Pero seamos cuerdos, amables y responsables; realizar deporte individual en la calle se refiere a lo que se refiere y nada más. Todos somos conscientes de que el buceo es una actividad que poco tiene que ver con la individualidad. No quiero entrar en si está bien o está mal.
Podríamos imaginar situaciones en las que quizás se podría bucear, por ejemplo con la persona con la que compartimos piso, nuestra pareja, nuestra hija o nuestro compadre buceador con el que desayunamos en casa a diario porque vivimos en el mismo sitio. Quien sabe. Si tenemos un compresor, equipo completo y no debemos coger el coche para acercarnos a la playa… ¿Por qué no? quizás si tenemos esta gran suerte no sería nada descabellado realizar una inmersión a modo de medicina antiestrés.
Pero lo que sí es seguro es que los puertos deportivos están como están, realizando las actividades mínimas y necesarias y cerrados a las salidas de ocio, entre las cuales está el buceo. Las playas también siguen cerradas por Real Decreto y hasta nueva órden. Los centros de buceo, como hemos mencionado antes, es muy probable que tengan que seguir la estela de los polideportivos y gimnasios…
De modo que aplicando un simple método de reducción y deducción, seguramente sea cierto que hasta agosto o quizás septiembre no podamos poner las aletas a remojar. Y esto en el supuesto caso de que todo siga una evolución positiva con respecto al virus, no haya rebrotes y todo siga por buen cauce (esperemos que así sea).
Podremos seguir buceando en los documentales, nuestro archivo de vídeos y rescatando aquellas fotos de nuestro último viaje de buceo. ¡Paciencia buceadores! ¡Todo llegará!
El siguiente post, tras el comunicado del Gobierno del 28 de abril
Y vosotros… ¿Qué opináis?