En este segundo curso de buceo vamos a dar un breve paseo por los conocimientos que ya tenemos y además, vamos a ampliarlos. Analizaremos a fondo lo importante del buceo. La presión, el nitrógeno, las tablas de buceo, los ordenadores y la descompresión. Algunas certificadoras como PADI o SSI nos mantienen alejados en sus estándares del buceo con descompresión, como ya sabemos. En mi opinión es más que suficiente con ello y es cierto que el buceo recreativo no ha de admitir este tipo de inmersiones; ya que es necesario tener conocimientos más amplios y un entrenamiento específico, como el que podemos obtener con las certificaciones de buceo técnico y buceo profesional.
Pero otras certificadoras como CMAS sí incluyen en su formación de segundo nivel algunos conocimientos de buceo con descompresión. Siempre es útil conocer más aspectos acerca de cómo nos puede afectar el buceo, de cómo influye el nitrógeno respirado a mayores presiones y de cómo se procede en los buceos con paradas de descompresión. Planearemos nuestras inmersiones alejándonos de los límites de no descompresión pero no está de más saber algo sobre este tema. ¡El saber no ocupa lugar! Aunque si te certificas con PADI o SSI, no tratarás el tema de la descompresión.
Así que vamos a afianzar nuestros conocimientos sobre la planificación de inmersiones, vamos a ampliar nuestra visión acerca de cómo afecta el nitrógeno en nuestro organismo de buceadores y conoceremos más de cerca el mundo de la descompresión. Son los objetivos de este primer tema.
Lo importante sobre la presión y el nitrógeno en el buceo
Debemos recordar dos conceptos clave de forma muy clara. Por un lado, el nitrógeno es un gas, que se encuentra en el aire que respiramos en un 79% y que nuestro cuerpo no lo necesita para nada, como sí ocurre con el oxígeno. Por otro lado, que el incremento en la presión, mientras realizamos una inmersión, hace que el nitrógeno sea absorbido por nuestros tejidos y acumulado en nuestro cuerpo. Vamos a explicar, más a fondo, este proceso.
Cuando permanecemos en superficie, a nivel del mar, tenemos una atmósfera de presión ambiente. El nitrógeno no pasa a nuestra sangre ni a nuestros tejidos (existen unos niveles normales). Pero al bucear, se incrementa la presión ambiente a la que respiramos nuestro aire, por lo que también aumenta la presión parcial de los gases respirados.La presión parcial simplemente es la presión total que afecta a un gas determinado, dentro de una mezcla de gases. Es decir la presión ambiente a la que está el gas, multiplicada por el porcentaje de dicho gas en la mezcla. En nuestro caso, sabemos que el aire contiene un 79% de nitrógeno. De modo que la presión parcial del nitrógeno en superficie es la presión ambiente en superficie (1bar) multiplicada por 0,79 (79%). Diremos que la presión parcial del nitrógeno en la superficie es de 0,79.
También sabemos que la presión ambiente a la que respiramos el aire cuando buceamos a 20 metros de profundidad es de 3 atmósferas (3 bares). Recuerda: los 2 bares de presión hidrostática más 1 bar de presión atmosférica. Por tanto, la presión parcial del nitrógeno que respiramos buceando a 20 metros de profundidad será de: 3 x 0,79 = 2,37. La presión parcial del nitrógeno se ha multiplicado por tres al estar a 20 metros de profundidad.
Simulamos, en las siguientes imágenes, lo que ocurre en los alvéolos de nuestros pulmones cuando se produce el intercambio gaseoso, en el proceso de nuestra respiración. Al incrementar la presión, el nitrógeno (representado en color verde) empieza a disolverse en nuestra sangre. Vamos a ver de qué forma lo hace:Podemos observar cómo, al inicio, el nitrógeno comienza a pasar a la sangre en mayor cantidad y a mayor velocidad. ¿Por qué? es por la diferencia de presiones parciales. Al principio nuestra sangre no contiene nitrógeno, por lo que la presión parcial de este gas en nuestro organismo es muy baja. En cambio el nitrógeno, en el aire que respiramos, llega a nuestro pulmón con una presión parcial mayor (por la profundidad del buceo). Esta diferencia de presiones es la causante de que nuestra sangre (y lo mismo ocurre en nuestros tejidos) absorban el nitrógeno en un mayor grado. Decimos que nuestros tejidos se están saturando. Es el proceso de saturación.
Cuando llevamos un tiempo buceando a la misma profundidad, llega un momento en el que nuestros tejidos dejan de absorber nitrógeno. ¿Por qué? porque cuando tenemos suficiente nitrógeno disuelto en nuestra sangre (y tejidos) la presión parcial de este gas en la disolución ha aumentado de tal forma que se igualan las presiones del exterior y el interior de la disolución. Al no haber diferencia de presiones, no puede pasar más nitrógeno. Decimos que la disolución (en este caso nuestra sangre) está sobresaturada. Es el proceso de sobresaturación.
Finalmente es mientras ascendemos, cuando las cosas más cambian. Recordaremos, del primer curso, que una de las reglas más importantes del buceo es respetar la velocidad de ascenso de 9 metros por minuto. Veamos ahora el porqué de todo esto:
Al ascender, la presión ambiente disminuye. Es decir, el aire que respiramos mientras vamos ascendiendo contendrá nitrógeno con una menor presión parcial. En cambio, como ya llevamos un tiempo buceando y hemos estado a profundidad es cuando nuestros tejidos y nuestra sangre contienen más nitrógeno acumulado. De modo que se produce lo que hemos visto al principio (diferencia de presiones, que denominamos gradiente de presión), pero totalmente al revés.
El nitrógeno pasa ahora, de la sangre al aire que exhalaremos.
Ahora, en la solución de nuestra sangre, el nitrógeno tiene una presión parcial elevada y en el aire que estamos respirando, la presión parcial del nitrógeno es menor. Se produce otra diferencia de presiones que, de nuevo, hará que el nitrógeno pase de la zona con mayor presión parcial a la zona donde la presión parcial del gas es más baja.
Ésto es genial y beneficioso ya que significa que estamos liberando el nitrógeno mediante el proceso de nuestra respiración. El nitrógeno acumulado en nuestros tejidos va pasando a la sangre y, a su vez, el nitrógeno disuelto en la sangre va pasando al aire que exhalaremos en el proceso de la respiración. Nos estamos limpiando del nitrógeno acumulado. Es el proceso de desaturación.
El peligro de ascender rápido
Sabemos que al ascender, la presión ambiente a la que estamos va disminuyendo. También sabemos que la disminución de la presión causa incrementos en el volumen de los gases y, acabamos de ver, que también produciría una mayor diferencia de presiones, entre la del aire que respiramos y el interior de nuestro organismo.
De modo que si ascendemos sin respetar esta norma, tan importante en el submarinismo, estará pasando nitrógeno en mayor cantidad y a mayor velocidad, de nuestros tejidos a nuestra sangre. También circulará más nitrógeno por nuestra sangre. Pero ello, unido al incremento de volumen de los gases en el ascenso, nos podría ocasionar cualquier lesión disbárica: la enfermedad descompresiva o cualquier tipo de embolia aérea.
Al realizar un ascenso rápido, las burbujas de nitrógeno crecen en tamaño y número.
Superar la velocidad de ascenso de 9 metros por minuto nos puede traer demasiados problemas, de modo que respetemos esta importante regla del buceo.
Las microburbujas se forman de todos modos, aunque sigamos a la perfección los límites del buceo recreativo y respetemos la velocidad de ascenso. Pero estas microburbujas de nitrógeno en nuestro organismo no son nocivas ni nos ponen en ningún peligro. Están ahí presentes pero son tan minúsculas que nuestro cuerpo las elimina con total perfección y seguridad al igual que eliminamos el dióxido de carbono de forma natural. Es por ello que debemos cumplir los intervalos en superficie cuando realicemos inmersiones sucesivas: para limpiarnos de nitrógeno al realizar este proceso de desaturación.
Si superamos la velocidad de ascenso estaremos incurriendo en una grave irresponsabilidad como buceadores, ya que nos exponemos, tontamente, a sufrir cualquier lesión disbárica y/o enfermedad descompresiva. Ya que se formarán muchas más microburbujas y el mayor número de éstas incrementan la posibilidad de que se formen macroburbujas.
El peligro del perfil de inmersión tipo sierra
También conocemos del primer curso de buceo que el perfil típico de nuestras inmersiones ha de ser:
- Descender a la profundidad máxima que hayamos planeado, bucear el tiempo planeado a dicha profundidad y comenzar el ascenso. Ó
- Descender a la profundidad máxima para después ir ascendiendo a menores profundidades y finalizar la inmersión con el ascenso a superficie, de forma paulatina.
Debemos evitar realizar inmersiones con un perfil que denominamos «diente de sierra», que se correspondería a un descenso a profundidad para continuar la inmersión ascendiendo y descendiendo continuamente hasta terminar nuestra inmersión. El peligro de este perfil de inmersión reside en que estamos provocando gradientes de presión parcial de nitrógeno continuamente. Es decir forzamos a que el nitrógeno tenga mayores y menores presiones parciales en la solución de nuestra sangre. Esto puede provocar que el nitrógeno pase de nuestra sangre venosa (la que va al pulmón para volverse a oxigenar y eliminar el dióxido de carbono y, en este caso, el nitrógeno) a la sangre arterial, donde podría formar macroburbujas y que éstas se fuesen a nuestro cerebro u otros órganos vitales donde la embolia aérea podría resultar fatal.
También evitaremos bucear a poca profundidad, para después bajar a más profundidad y volver a ascender. Hemos de planear nuestras inmersiones siempre buceando primero en la zona de mayor profundidad e ir finalizando pasando por las zonas de profundidad menor.
Es el perfil de tipo dientes de sierra (marcado en fondo rojo en la imagen) el que debemos evitar en nuestras inmersiones.
El perfil con fondo naranja es un perfil que se puede dar en ocasiones. Por ejemplo, si la corriente nos obliga a realizar dicha inmersión al revés de como la teníamos pensada. Debemos recordar que iniciaremos la inmersión en contra de la corriente para terminar nuestro buceo, siempre, a favor de la corriente. Pero en principio es un perfil que podemos evitar, simplemente, realizando la inmersión al contrario; es decir, comenzando a mayor profundidad para terminar en la zona menos profunda.
Los perfiles con fondo azul deben ser los que más empleemos en nuestras inmersiones.
Las pequeñas burbujas se irán formando al iniciar el ascenso de nuestra primera inmersión, seguirán formándose en la superficie y también se irán eliminando mediante nuestra respiración. Si realizamos inmersiones sucesivas y/o continuadas también se formarán burbujas en los correspondientes descensos y por ello hemos de tener en cuenta el nitrógeno residual, que calculábamos con la segunda tabla. Pero como ya hemos mencionado anteriormente, no son un problema para nuestro organismo y además hemos de saber que minimizaremos la formación de burbujas siguiendo estas pautas:
- Cuanto más despacio realicemos nuestro ascenso.
- Respetando los correctos perfiles de inmersión.
- Buceando bien hidratados.
- No perder el calor corporal durante y después de la inmersión.
- Evitando los esfuerzos físicos elevados (antes, durante y tras la inmersión).
- Evitar consumir bebidas alcohólicas (antes ni después de nuestros buceos).
- No realizar inmersiones en apnea, tras bucear con botella.
- Alejándonos de los límites de no descompresión.
- Evitando las inmersiones continuadas.
Quizás venga bien recordar algunos aspectos que ya conoces de tu primer curso de buceo y que tienen que ver con la fisiología, la presión y el volumen de los gases.
La enfermedad descompresiva
Si no buceamos cumpliendo los límites de las tablas y nuestros ordenadores o si no respetamos la velocidad de ascenso de 9 metros por minuto, las posibilidades de sufrir enfermedad descompresiva sí se vuelven significativas. Del mismo modo, si no respetamos los tiempos de desaturación, los intervalos en superficie o los tiempos para poder ascender en altura o tomar un vuelo, también se incrementan estas probabilidades. En cambio, si cumplimos las normas del buceo que ya conocemos y seguimos las pautas remarcadas ya en varias ocasiones, el buceo será cómodo, seguro y divertido. No hay que tener ningún miedo a esta maravillosa actividad.
Las macroburbujas formadas a causa de la sobresaturación de nitrógeno en nuestros tejidos y sangre genera unos efectos similares a los de una hemorragia, es decir, el elevado nitrógeno produce una reducción en el plasma sanguíneo, se genera un incremento de plaquetas y con ello una mayor viscosidad en la sangre. Este incremento de viscosidad hace que sea más difícil eliminar nitrógeno con lo que el problema de la sobresaturación se ve reforzado e involucrado en un círculo vicioso.
Además de lo anterior, esas burbujas de mayor tamaño tienen un efecto directo en el cuerpo: «molestan» a los tejidos ya que son de un tamaño tal que pueden presionar alguna terminación nerviosa y generan dolor en nuestros tejidos e incluso, si es a nivel cerebral, producir daños nerviosos severos.
Hay que cumplir todo lo que conocemos, ya que es muy importante para nuestra seguridad. Verás que buceando, en la práctica, son normas muy sencillas de seguir. Nadie quiere ascender rápido a superficie. Querremos ascender despacio para disfrutar de nuestra inmersión el mayor tiempo posible. Todos podemos seguir observando a los peces, el paisaje o, simplemente, la tranquilidad del medio subacuático mientras realizamos nuestra parada de seguridad y por supuesto, los límites que marcan nuestros ordenadores y tablas son más que suficientes para gozar en una inmersión durante más de 40 minutos, en la mayoría de los casos e incluso 60 minutos en numerosas ocasiones.
De modo que lo más importante del buceo, estas normas básicas, son perfectamente compatibles con el disfrute, la diversión y la gran experiencia de bucear.
En la enfermedad descompresiva las microburbujas normales de nitrógeno que siempre se forman nos generan un problema en el organismo porque al acumularse en gran cantidad forman macroburbujas. Estas burbujas pueden permanecer latentes en nuestro organismo durante un largo periodo de tiempo que puede ir de los 20 minutos hasta las 15 horas (en algunos casos, más de 24 horas). Durante este tiempo es probable no tener ninguna sintomática y es por ello que las denominamos burbujas silenciosas. Estas burbujas permanecen en nuestros tejidos y pasado ese tiempo de «inactividad aparente» podrían comenzar a darnos los síntomas de la enfermedad descompresiva.
También resulta importante conocer que catalogamos esta patología de dos maneras:
- Por un lado es posible que las macroburbujas nos produzcan dolor o molestias en los músculos, los huesos y sobre todo en las articulaciones. Se producen porque las burbujas, literalmente, pueden generar presión sobre nuestros tejidos y si justamente presionan alguna terminación nerviosa, generan dolor. Podríamos hablar del primer tipo de enfermedad descompresiva, que también suele mostrarse con enrojecimiento o marcas y cambios de coloración en algunas zonas de la piel.
- Por otro lado está el segundo tipo. En este caso las macroburbujas presentan una sintomática de carácter nervioso. Podremos notar hormigueo, adormecimiento en las extremidades (sobre todo en las superiores) y también pueden venir acompañados de dolor en el pecho, tos seca, debilidad en los músculos, cansancio extremo, incontinencia e incluso, la pérdida del conocimiento.
Tratamiento de la enfermedad por descompresión
Debemos tener bien presente que lo más importante es el hecho de llevar, cuanto antes y de forma segura, al afectado a una cámara hiperbárica donde el personal especializado le pondrán en tratamiento hiperbárico. Si bien desde que presenta los síntomas o aunque no los presente, si sospechamos que el buceador ha entrado en descompresión o habiendo entrado no se ha respetado la o las paradas pertinentes hasta que llegamos al centro médico hiperbárico, podemos hacer una serie de cosas que mejorarán el pronóstico del buceador:
- Proporcionarle una temperatura adecuada. Alejarle del frío y fuera de excesivo calor.
- El buceador ha de permanecer bien hidratado por lo que debe beber bastante agua, siempre que esté consciente.
- Proporcionarle oxígeno al 100% para respirar.
- Si disponemos de una pastilla de ácido acetilsalicílico, también podríamos proporcionárselo. Siempre que nos hayamos cerciorado que no hay alergias ni complicaciones con el medicamento.
Todas las medidas descritas anteriormente favorecen dos cosas: por un lado ayudan a eliminar el nitrógeno de los tejidos y la sangre de una forma más eficiente. Por otro lado reducen el tamaño de las macroburbujas que se han generado en el organismo y favorecen que la sangre se mantenga con una menor densidad (evitan que se espese).
Quizás te interese dar un repaso rápido a lo que sabes de tu curso de buceo anterior o a lo mejor olvidaste algunas cosas importantes porque hace mucho tiempo que realizaste tu primer curso. Aquí puedes refrescar toda la teoría referente a los límites del buceo y las tablas para planificar inmersiones.
Planeando una inmersión con descompresión
Realmente como buceador avanzado, en este segundo nivel de formación, nos deberíamos mantener fuera de los límites de la descompresión. Pero realmente, este nivel de formación nos permitirá descender en nuestras inmersiones hasta los 30 metros de profundidad, según los estándares de certificadoras como SSI o PADI. Además, como buceadores avanzados, en España y con la ley en la mano (y los estándares de FEDAS) podremos descender hasta los 40 metros de profundidad.
En cualquier caso, son profundidades en las que no es difícil superar el tiempo en el fondo y (aunque no es mi recomendación) si por algún motivo entramos en descompresión, hemos de tener un plan de ascenso con las famosas paradas de descompresión. Veamos cómo se calculan estas paradas con una de las muchas tablas que podremos encontrar.
En la primera columna nos suelen aparecer, siempre, las profundidades. En este caso he tomado solo dos, pero las tablas suelen ir desde los 10 metros hasta los 50. Como ya sabemos, si no encontramos la profundidad a la que deseamos bucear, tomaremos la inmediata superior.
En la segunda columna encontramos los tiempos de fondo. Es decir el tiempo que tenemos planeado estar a dicha profundidad. Del mismo modo, si no está el tiempo exacto tomaremos el inmediato superior (así lo hacemos más restrictivo para tener mayores márgenes de seguridad).
La tercera columna simplemente muestra los minutos que tenemos, de ascenso, hasta llegar a la primera para de descompresión. Lo único que se tiene en cuenta aquí es la velocidad de ascenso de 9 metros/min.
La cuarta columna nos indica las paradas de descompresión que debemos hacer y son, a los 15 metros, a los 9, los 6 y los 3 metros de profundidad.
La última columna nos muestra el tiempo total de ascenso que simplemente suma el tiempo de ascenso a la primera parada y el tiempo de descompresión en la (o las) paradas que realizaremos.
Como siempre, entenderemos mejor el uso y la utilidad de la tabla con un ejemplo: Suponemos que vamos a realizar un buceo a 28 metros de profundidad y deseamos estar 95 minutos en el fondo. Como no se indica la profundidad de 28 metros, tomaré la de 30 metros. Vemos que tampoco se muestran los 95 minutos por lo que tomaremos el inmediato superior, que son 100 minutos.
Observamos que el tiempo de ascenso hasta la primera parada (vemos que es la de los 9 metros) es de 3 minutos (ya que asciendo a una velocidad de 9 metros por minuto). También observamos que en nuestro buceo de este ejemplo deberemos permanecer 7 minutos a esos 9 metros (primera parada), 23 minutos a 6 metros (en nuestra segunda parada) y 66 minutos a 3 metros (la tercera y última parada de descompresión) que deberemos realizar antes de salir a superficie con seguridad.
Sabemos pues, calcular con exactitud nuestras paradas de descompresión. Vemos que es muy sencillo y que sólo necesitamos disponer de una tabla de descompresión o nuestro ordenador de buceo que, ya sabemos, hará los cálculos por nosotros y de una forma mucho más exacta y avisándonos de cada etapa y de cada tiempo.
No obstante si vamos a realizar nuestro buceo con descompresión, siempre tendremos muy claro y calculado nuestro plan de ascenso, además tendremos un plan alternativo de ascenso (por si algo nos retrasa en la inmersión) y muy calculado (y aplicando también márgenes de error) el tiempo total de ascenso y del buceo completo. Es muy necesario tenerlo muy calculado y claro para calcular la disponibilidad de gas en nuestra inmersión.
En esta entrada del blog analizamos si merece o no merece la pena realizar estos buceos con descompresión. ¡Échale un ojo!
Habiendo repasado lo más importante del buceo y ampliado algunos aspectos sobre la descompresión y la planificación de las inmersiones respecto a tu primer curso de buceo, estamos preparados para ir al siguiente tema: Nuevo equipamiento de buceo ¡Vamos!