En este último tema analizaremos cómo ha de ser la organización en las accidentes de buceo, cómo hemos de organizar un rescate en sus tres fases: antes de actuar, durante la ejecución del rescate de buceo y tras haber terminado el rescate propiamente dicho. Sabemos ya, por los temas anteriores, que es bastante raro que nos tengamos que enfrentar a un rescate de buceo grave. Hemos visto que las actuaciones de rescate con las que nos podremos topar en nuestra vida como buceadores se solucionan bien y de forma sencilla, en unos cuantos minutos.
Además, somos conocedores de que un amplio porcentaje de «rescates» los haremos de forma previa a que se produzcan ya que responden a fallos o déficits en el equipo de buceo o a los olvidos y nervios de los buceadores que, por ejemplo, tienen poca experiencia, tienen un mal día, estrenan equipo y otros factores que siempre se pueden controlar y detectar incluso antes de entrar en el agua. Todo ello forma parte importante de la organización en las accidentes de buceo.
Para tenerlo bien claro y de forma más esquemática, éstos son los problemas que nos encontraremos en la mayoría de ocasiones:
- Máscara inundada por fallo en la tira de sujeción o rotura.
- Hinchador del chaleco atascado por la arena, en posición fija de hinchado o deshinchado.
- Pérdida de una aleta por rotura en la tira de sujeción o en el cierre.
- Problemas por exceso de calor antes de entrar al agua.
- Problemas de frío cuando ya llevamos un tiempo bajo el agua.
- Regulador en flujo continuo.
- Falta o exceso de lastre.
- Descenso rápido por olvidar hinchar el chaleco.
- Ascenso rápido por olvidar deshinchar el chaleco.
- Olvido al realizar la maniobra de Valsalva para compensar los oídos al descender.
- No compensar al ascender (rara vez).
- Cansancio por exceso de aleteo, mala posición de buceo, mal control de la flotabilidad…
- Nervios, estrés y agobio ante situaciones nuevas: buceadores principiantes, inmersión profunda, buceo nocturno, inmersión en cavernas, buceo en pecios, avistamiento de alguna nueva especie, especies de gran tamaño, toparse con una corriente inesperada, verse con poco aire, mareo previo en el buceo desde barco…
Sabemos pues que si nos encontramos alguna vez con un problema de buceo será extraño que lo podamos terminar considerando un accidente de buceo. Son problemas sencillos que podremos corregir en el agua, bajo el agua o incluso antes de entrar en el agua.
También sabemos que la cercanía, el contacto físico con la víctima el proporcionarles seguridad y tranquilidad lo es todo para evitar que estos problemas sencillos puedan llevar al compañero a convertirse en un buceador en pánico.
Finalmente hemos de recordar siempre que buceamos para divertirnos. Nadie debería bucear por sentirse obligado por el resto. Nadie debería sumergirse si se encuentra mal, resfriado o sin energía ni ganas de bucear. Cualquier buceador puede cancelar una inmersión en el momento que lo desee y ningún otro buceador debe cuestionarlo, negarlo ni evitarlo. Así de sencillo.
No obstante y pese a todo lo anterior, hemos visto que pueden existir situaciones en las que la salud de la víctima puede verse seriamente comprometida, fundamentalmente por no controlar el estrés y acabar en pánico. Lo que nos haría toparnos con situaciones de:
- Ascensos fuera de seguridad, barotraumas en oídos, sobrexpansión pulmonar…
- Enfermedad descompresiva.
- Ahogamientos por falta de aire o por quitarse el regulador de la boca.
- Inconsciencia del buceador.
A veces no es el pánico sino la inexperiencia, la timidez para hacer cuestiones, la falta de formación o información la que nos puede llevar a situaciones como:
- La hipotermia.
- El golpe de calor.
- La insolación.
- El estrés por cansancio.
- Los problemas musculares.
- El mareo.
Problemas que aunque no suenen tan serios como la enfermedad descompresiva o la sobrexpansión pulmonar, podrían serlo y además éstos si pueden ser más frecuentes. Informemos siempre a los buceadores acerca de las condiciones del mar, la temperatura del agua, la existencia de corrientes o mar de fondo, si creemos que el equipo que llevan es adecuado o no para esas condiciones. Recordemos que se hidraten bien, cómo actuar ante el calor o dónde colocarse en el barco si se marean.
A veces son aspectos que vemos normales, damos por hecho que se saben o los dejamos implícitos en algunos comentarios y no son tales para compañeros menos experimentados o personas más tímidas, que no hacen este tipo de cuestiones en los buceos. Saber que me tengo que tomar una biodramina antes de embarcar o elegir un traje de 8 milímetros en lugar de 5, en ocasiones, es la mejor forma de anticiparse a un problema futuro que puede tornarse grave.
Aunque no sea frecuente toparse con accidentes de buceo, como buceadores de rescate hemos de estar preparados para ello. Conocemos la dialéctica, sabemos cómo actuar en cada caso, tenemos el plan de emergencia en nuestra cabeza y entrenaremos todas y cada una de las habilidades de rescate en el agua. Ahora bien, debemos tener bien claro cuál es la organización en las accidentes de buceo y el esquema completo de un rescate. Para ello es este último tema del curso.
Informar y poner en preaviso es algo que forma parte de la organización en las accidentes de buceo.
Fase previa al rescate de buceo
Consideramos fase previa al rescate de buceo a todo lo que nos atañe como rescatadores y organizadores de una accidente de buceo, antes de que se produzca. Es la primera parte de la organización en las accidentes de buceo. Ello apunta fundamentalmente a dos aspectos, la formación y la planificación.
La formación es la que estás recibiendo en tu curso de buceador de recate unida a la puesta en práctica de todas las habilidades en el agua y a tu entrenamiento realizado en los simulacros de rescate de buceo. Como buceador responsable no debes limitarlo a este curso. Al igual que en todas tus inmersiones practicas, mejoras y optimizas tus habilidades de buceo como la flotabilidad, el lanzar la boya, la mejora de la orientación, el uso de la brújula y debes seguir practicando tus habilidades de buceo, como buceador de rescate debes seguir practicando también mediante simulacros, de vez en cuando, todo lo que estás poniendo en práctica en este nivel de submarinismo.
Debes mantenerte formado, informado además de entrenado, saludable y en buena forma física para mantenerte a punto en todas las implicaciones que conlleva un rescate: fuerza, resistencia, agilidad, acuacidad, rapidez física y mental…
La planificación en las accidentes de buceo
Como llevamos anticipando desde el tema uno, en el cien por cien de los casos perder unos segundos o un par de minutos antes de actuar suele resultar mucho más óptimo que actuar al momento, pero sin pensar. Como tenemos la formación adecuada y tenemos siempre el plan de emergencia en nuestra cabeza, no nos costará demasiado tiempo establecer un plan para actuar ante un accidente en concreto. En un minuto estos son los aspectos que debes pensar antes de comenzar a actuar:
- Dónde se produce el accidente de buceo: en el barco, en la orilla, en la superficie del agua, bajo el agua. Identificar el lugar donde vamos a actuar como rescatadores sitúa rápidamente a nuestra mente para actuar de la forma más eficiente posible.
- Cuándo se produce el accidente de buceo: al entrar al agua, al inicio de la inmersión, en mitad del buceo, al final de la inmersión, al salir a superficie. Y es que tener claro el momento del accidente también es muy importante para nuestra actuación. Por ejemplo, para descartar la enfermedad descompresiva, el barotrauma pulmonar, la fatiga muscular etc. Teniendo claro el momento del accidente, el esquema de rescate en nuestra cabeza se hace mucho más concreto y efectivo.
- Quienes estamos. Saber con quién estamos y con qué ayuda contamos para el rescate también nos simplificará las cosas. Quizás exista con nosotros otro buceador de rescate, quizás uno de los compañeros es personal sanitario, puede que alguno de los compañeros de inmersión sea más grande o tenga más fuerza que nosotros para realizar el remolque de la víctima. Todas éstas variables son muy importantes ya que podremos asignar papeles y delegar según qué acciones a según qué personas a la hora de actuar.
- Qué elementos tenemos a mano. Saber el material con el que contamos nos simplificará el rescate y podremos actuar de forma no dubitativa ante el rescate. Si estamos en un barco ¿disponemos de radio?, si estamos en tierra ¿quién tiene el teléfono móvil a mano?. ¿Disponemos de flotador de rescate para el buceador en superficie o plataforma para subir al barco a la víctima?. ¿Tenemos mascarilla para la respiración artificial?. ¿Dónde se encuentra el equipo de oxígeno de emergencia? Conocer todos los elementos materiales y su ubicación nos hará más rápidos y efectivos a la hora de actuar ante posible rescate.
Vemos que un instante podemos procesar toda la información anterior. Nuestra formación como buceadores de rescate junto a nuestro plan de emergencia y este instante de planificación, sin duda, harán más eficiente nuestra actuación ante un accidente de buceo.
Perder un minuto en ordenar, programar y planificar la actuación del recate nos hará actuar de forma más metódica, actuaremos con mayor confianza y seguridad y ese minuto empleado antes de actuar seguro que nos ahorra varios minutos de agobio, mente en blanco o actuación dubitativa en el recate a la víctima. No es un minuto perdido, ten claro que es un minuto invertido y que la renta puede convertirse en un tiempo vital para la víctima del accidente de buceo. En ello consiste la organización en las accidentes de buceo.
Fase de actuación de rescate de buceo
Si seguimos nuestro plan de emergencia, hemos delegado los distintos papeles a las personas presentes, conocemos bien toda la información anterior y hemos planificado nuestra actuación de rescate sólo nos queda una cosa: aplicar paso a paso todo lo planeado y acudir a rescatar a la víctima.
En esta fase lo más importante son nuestras habilidades de rescate y nuestra forma física y estado mental. Por ello hemos de mantener siempre activas y actualizadas nuestras técnicas de rescate. Por ello también hemos de mantenernos en una adecuada forma física y debemos entrenar con simulacros, de vez en cuando, todas las técnicas de rescate que hemos ido viendo en este curso para que no nos abrumen mentalmente y no quedarnos bloqueados o en duda a la hora de tener que aplicarlas.
Sabes a nivel teórico, gracias a este curso de rescate, todas las situaciones con las que podrías toparte tanto en la superficie como bajo el agua. Además en este curso de buceo practicarás todas las habilidades para saber cómo actuar en cada una de las accidentes de buceo que pudieran presentarse.
Además estarás formado en primeros auxilios de atención primaria y secundaria al finalizar tu titulación como buceador de rescate.
Estás formado, has entrenado y practicado cada una de las actuaciones y sabes bien cómo responder para ofrecer los primeros auxilios de emergencia. A la hora de actuar es importante cumplir escrupulosamente cada uno de los pasos que has establecido en tu plan de emergencia y en la planificación del rescate ante ese accidente de buceo concreto. Mente fría, organizada y calculadora es con lo que debes contar a la hora de actuar. Recuerda que no debes ponerte en peligro a la hora de rescatar a nadie. Solicita ayuda, siempre, si la situación lo requiere. No dudes, actúa.
Fase tras el rescate de buceo
Hemos de tener en cuenta que cuando se da un accidente de cualquier tipo hay una fase posterior en la que de forma indirecta también actuamos como personas y como rescatadores. En el buceo ocurre lo mismo. Tras finalizar el rescate, si la situación es grave, pronto tendremos la ayuda sanitaria y quizás a las fuerzas de seguridad e incluso, al tiempo, podrían aparecer los medios de comunicación. También hemos de estar preparados para ello y tenerlo en cuenta dentro de la organización en las accidentes de buceo.
Ayuda sanitaria
Si el buceador está inconsciente o corre el peligro de estarlo y/o de sufrir enfermedad descompresiva o un barotrauma, hipotermia etc pronto llegará el equipo de emergencias que hayamos solicitado. Hemos de colaborar con ellos en todo lo posible y por ello es de gran importancia comentarles toda la información que tengamos acerca de la víctima: edad, enfermedades, alergias, operaciones, medicaciones y demás.
También les brindaremos la información que nos soliciten en cuanto a las características del buceo como tiempo, profundidad, hora de entrada, tiempo del rescate, tiempo de la RCP si hemos tenido que realizarla etc.
También debemos proporcionar los datos que tengamos de la víctima: nombre, apellidos, teléfono de contacto familiar etc.
Colaborar con los sanitarios en todo lo que podamos sigue formando parte del rescate de la víctima.
Fuerzas de seguridad
En accidentes graves puede estar presente la policía o la guardia civil como es lógico y natural. También hemos de saber que colaboraremos con ellos en todo lo posible con la información real que tengamos. Es importante, la INFORMACIÓN REAL.
Es muy importante este apunte. No podemos hablar de conjeturas, conclusiones o apreciaciones nuestras o de otros compañeros que había en la inmersión. Colaboraremos siempre con toda la información que se nos solicite siempre que sea real, objetiva y la hayamos presenciado nosotros mismos. No vale decir aquello de «un compañero dijo que…» «es que…» » yo imagino que lo que le habrá pasado es que…». No, de esa manera no estamos ayudando a las autoridades. Daremos toda la información que podamos pero ésta ha de ser objetiva, real y presenciada por nosotros mismos.
Cualquier otra cosa no hará más que entorpecer la posible investigación de los hechos e, incluso, podremos inculparnos o inculpar a algún compañero sin tan siquiera saberlo.
El ordenador de buceo del submarinista accidentado será clave ante una posible investigación del accidente. Recordemos sus datos de la inmersión en cuanto a tiempo, profundidad y/o tiempo de no descompresión. Debemos anotarlos y brindarlos a cualquier autoridad sanitaria o de las fuerzas de seguridad del Estado. Por supuesto que entregaremos dicho dispositivo a cualquier autoridad que lo requiera y de lo contrario hemos de mantenerlo sin resetearlo y con batería.
También debemos conocer que las compañías aseguradoras van a requerirlo y ya sabemos que los datos de la inmersión son vitales para probar que el buceador accidentado estaba buceando correctamente, cumpliendo la ley y bajo los límites de cobertura de su seguro.
Nunca hemos de entorpecer la investigación con suposiciones nuestras, comentarios de otra gente o falsas conclusiones que desconocemos y no hemos presenciado realmente.
Lo resumimos en dos bonitas palabras: máxima colaboración y máxima objetividad.
Medios de comunicación
Los medios de comunicación, generalmente buscan la información real del episodio pero en algunas ocasiones, pueden buscar el morbo, la responsabilidad y a «los culpables». Por ello cada cual es libre de actuar como desee con los medios de comunicación pero un consejo bien sabio es el silencio.
Como rescatadores del accidentado o accidentada seremos de las primeras personas en querer ser entrevistadas y comentadas. Podríamos revelar los hechos de forma objetiva, real y en la misma secuencia que los hemos vivido en primera persona pero a veces, las preguntas de los medios de comunicación unidos a los momentos de nervios por los que seguramente pasamos en esos momentos, pueden jugarnos malas pasadas. Podemos terminar haciendo conjeturas no veraces o concluyendo suposiciones sin querer acerca del accidente.
Una respuesta ante los medios correcta y prudente siempre puede ser algo parecido a lo siguiente:
«Hemos realizado un rescate de buceo a la víctima del accidente y estamos colaborando con las autoridades pertinentes. No vamos a hacer ninguna declaración a los medios por la seriedad de la situación y el respeto a la víctima del accidente».
Colaborar con las autoridades sanitarias o investigadoras y lidiar con los periodistas también es una parte importante a tener en cuenta en la organización en las accidentes de buceo.