Material de buceo en el curso de rescate

Material del curso de buceo de rescate

Conocer bien el material que empleamos para bucear es un deber de todo buceador. Pero como buceador de rescate seguramente querrás ampliar tus conocimientos acerca del mantenimiento de los elementos de tu equipo y quizás te interese conocer diferentes configuraciones, distintos tipos de material de buceo y su funcionamiento: son variables muy relacionadas con este curso de rescate y ahora veremos el porqué.

Cuando somos buceadores de rescate lo que más nos va a caracterizar será el hecho de poder prevenir situaciones que pudieran llevar a una inmersión menos cómoda, menos divertida o en la cual debamos aplicar alguna de las técnicas de rescate que aprenderemos en este tercer nivel de buceo.

En un altísimo porcentaje de ocasiones, cuando existe algún pequeño problema durante una inmersión suele ser por algún tema relacionado con el equipo de buceo. Es por ello que familiarizarnos con este tipo de posibles problemas y las causas que los generan nos hará poder disfrutar de todas nuestras inmersiones y también que nuestros compañeros de buceo lo hagan y se sientan mucho más seguros buceando a nuestro lado. Los posibles problemas suelen venir siempre a partir de dos variables:

  • El ajuste incorrecto del material. Dicho de otro modo, que las diferentes partes del equipo (o alguna de ellas) no sean de nuestra talla. Por ello desde tu primer curso aprendiste que el buceo ha de ser cómodo. Cualquier aspecto que veamos «raro» o nos haga «sentir mal» o «alguna sensación extraña» hemos de comentarlo, si no sabemos a qué se debe.

Un problema simple de talla, en la superficie, puede ser un problema real durante la inmersión.

  • El inadecuado mantenimiento del equipo. Todo material de buceo se va deteriorando con el tiempo, el salitre, los rayos del sol, la humedad, la arena… Si no mantenemos adecuadamente el material de buceo, naturalmente nos puede dar alguna «sorpresa» durante una inmersión.

Estar disfrutando de una inmersión espectacular y tener que terminarla veinte minutos antes porque nuestro compañero se ha quedado sin aleta o sin máscara, por no cambiar la goma a tiempo… ¡no es buceo de buen gusto!

Por ello, como buceadores de este tercer nivel, hemos de conocer bien los elementos del equipo, saber evitar y prevenir problemas de buceo que pudieran venir causados por el material o, mejor dicho, su estado, correcto uso y mantenimiento. Analizamos en este primer tema del curso, de arriba a abajo, todo el material de nuestro equipo como buceadores y su relación con los diversos problemas de buceo que podrían (aunque no deben) originar.

Máscara inadecuada

Sobra decir que si la talla o la forma de este elemento no es la adecuada a nuestra cara nos puede dar problemas, permitiendo el paso de agua al interior. Pero además hemos de tener en cuenta el correcto estado de la silicona que enmarca la pantalla, así como de la goma o silicona de la tira de sujeción y de correcto estado y funcionamiento de los pasadores de dicha tira y de los soportes de sujeción.

Puedes echar un ojo a lo que ya sabes de la máscara de buceo.

La silicona que rodea la máscara tiene una larga duración. No obstante, como siempre, depende del uso, del correcto mantenimiento y del adecuado almacenamiento. Con el tiempo y el uso suele cambiar el color, se suele endurecer y puede llegar a agrietarse o separarse de la pantalla. Del mismo modo, a la tira de sujeción se ocurre lo mismo y además, presenta estos síntomas y se puede romper mucho antes, debido a la tensión a la que la sometemos cada vez que la ponemos y quitamos.

En este caso nos podría entrar agua mientras vamos buceando, lo cual no es agradable y es motivo para terminar una inmersión que estábamos disfrutando. Si la tira se parte mientras buceamos… posiblemente la perdamos. Si la recuperamos, podríamos bucear y en este curso aprenderás a bucear sin la tira de la máscara pero será para terminar la inmersión más cómodamente; ya no estarás disfrutando de la inmersión.

Solución a los problemas con la máscara:

Simplemente hemos de bucear con una máscara en buen estado. Comprobar previamente el estado de la silicona y de la tira. Si se aprecian grietas o rigidez… estará a punto de darnos problemas. Hay que cambiarla. En el caso de la tira de sujeción, si se aprecia un cambio de color excesivo, grietas o al ejercer tensión se nota mucho más fina o se aprecia un cambio de la elasticidad del material, es el momento de reemplazar la tira.

Si no hicimos caso a lo evidente, por un lado no somos buenos buceadores y por otro lado hemos de conocer cómo solucionar este problema bajo el agua:

  • Llevar una máscara de repuesto nunca está de más. Al menos una por cada pareja de buceadores o que alguien lleve una extra, aunque sea para todo el grupo de la inmersión.
  • Si perdemos la máscara mientras buceamos no hemos de alarmarnos tanto. Respiramos hondo y tranquilamente mientras nos tapamos la nariz, pinzándola con nuestros dedos. Podremos terminar nuestra inmersión, iniciando un ascenso normalmente y sin ningún peligro. Únicamente, nuestra visión será algo difusa durante este ascenso.
  • Si nos entra agua en la máscara por alguna grieta o microrotura de la silicona que se adapta a nuestra cara, la mayoría de las ocasiones podremos bucear con ella ejerciendo algo de presión con nuestra man. Deberíamos poner fin a la inmersión de una forma tranquila y normal (si es que no tenemos una de repuesto disponible).
  • Si lo que se nos ha roto es la tira de sujeción… podremos cambiarla bajo el agua (si tenemos una de repuesto). Podremos bucear con ella vaciándola de agua como ya sabemos de sobra y permitiendo un pequeño «placaje» que nosotros mismos generamos al aspirar un poco de aire por la nariz. Igualmente nos servirá para poner fin a la inmersión. No deberíamos bucear así, aunque nos encontremos cómodos con la situación.

También somos conocedores de que el pelo, la barba, el bigote… a veces, pueden hacer que entre agua en nuestra máscara aunque ésta estuviera en perfecto estado. Hemos de estar pendientes de los buceadores con menos experiencia que, en ocasiones, no tienen en cuenta estos pequeños detalles. A veces el agua sólo empieza a entrar cuando ya hemos alcanzado una determinada profundidad (por la presión); por ello es mejor asegurar que todos tenemos la máscara correctamente colocada en la superficie.

En este post del blog cuento un episodio curioso con la máscara que demuestra cómo un pequeño problema podría tornarse grave.

El tubo de snorkel

Como buenos buceadores estamos acostumbrados a ir con nuestro tubo en toda inmersión. No son demasiados los problemas que pueden surgir con este elemento de buceo, debido a su gran sencillez. No obstante puede ser que nos entre algo de agua (por la válvula de drenaje, los que la tengan) o grietas y micro-roturas que permitan la entrada de agua o que se termine desprendiendo la pieza blanda, que une el tubo a la boquilla, por donde respiramos.

Aquí puedes recordar lo que ya conoces del primer nivel respecto del tubo.

Es de un material similar (idéntico, a veces) que el contorno de nuestra máscara. Por ello hemos de tener las mismas precauciones y consideraciones que hemos visto en el punto anterior. Sustitución a tiempo y mantenimiento adecuados evitarán que podamos tener problemas con este elemento.

La abrazadera con la que amarramos el tubo a nuestra máscara también suele ser de este tipo de material, de goma o de plástico. También se deteriora con el paso del tiempo, las condiciones ambientales y el uso. Debemos ser precavidos en cuidarla, sustituirla cuando sea necesario y comprobar su correcta colocación y fijación del tubo. De esta forma evitaremos una pérdida del tubo.

Aunque parezca que no nos pueda generar demasiados problemas ya que, de hecho, muchos buceadores irresponsables realizan sus buceos sin este elemento. Puede ocurrir que tras una inmersión, casi sin aire en la botella, salimos a superficie y el mar se ha «complicado». Tener que nadar por la superficie sin tubo… nos puede hacer tragar agua, sentir agobio y esto (mezclado con el cansancio de nadar en superficie con marejada) nos puede llevar al estrés y, si no sabemos manejar la situación, acabar siendo un buceador en pánico con necesidad de rescate.

Solución a los posibles problemas del tubo:

Como ya hemos mencionado, la sustitución del tubo completo, la pieza afectada y el correcto mantenimiento de los elementos nos garantizarán una larga vida útil de esta parte del equipo. La correcta colocación y la observación de la de nuestros compañeros de buceo, previo a la inmersión lo serán todo para no tener que enfrentar nunca este posible problemilla.

Si nos ocurre, por no cumplir con lo debido, la solución es sencilla pero requiere de experiencia y entrenamiento. Uno de los aspectos más importantes de este curso es eso, precisamente. Adquirirás pequeñas experiencias con los problemas posibles y entrenarás justamente esto:

Relajarse, respirar de una forma natural y profunda. Aunque el mar este «movidito» no hemos de asustarnos ni dejar que el nerviosismo nos invada; tenemos compañeros cerca, nuestra pareja de buceo al lado, seguramente una embarcación muy cerca y nada puede ocurrir. Hemos de nadar, con el chaleco hinchado a tope y sin llegar a provocar cansancio. Nadaremos de espaldas, tranquilamente y sin agobios hacia nuestra embarcación o hacia el compañero más cercano.

Problema solucionado. Además recuerda que, según la experiencia de los miembros de la inmersión, quizás también deberíamos haber evitado el problema buceando en otro momento o en otro punto donde las aguas estuvieran más calmadas.

Todo buceador tiene una buena formación, todo buen buceador tiene la formación y además una experiencia dilatada y el buceador perfecto tiene lo anterior pero además siempre tiene presente la previsión, la correcta planificación y la observación cuidadosa y minuciosa de todas las variables del entorno. Ese debes ser tú.

Chaleco o BCD

Como todos los elementos del equipo, para ser cómodo realmente, ha de ser de nuestra talla. Nos debe ajustar a la perfección.

  • Un chaleco pequeño nos agobiará cuando esté hinchado, nos limitará los movimientos y ese pequeño agobio, si no tenemos mucha experiencia, se convertirá en estrés. Ello, sabemos que nos puede llevar a problemas bajo el agua.
  • Un BCD de talla grande, no nos ajustará al cuerpo y nos puede dar problemas en el trimado correcto mientras buceamos. No bucearemos cómodos, nos podemos girar, la botella se nos moverá de arriba a abajo y al igual que en el caso anterior nos puede acabar generando estrés en la inmersión.

Por otro lado las válvulas de escape de aire, la tráquea o el hinchador podrían estar en mal estado, o mal colocadas. Ello nos puede generar algún pequeño problema como son los escapes de aire repentinos, o que el hinchador se fije hinchando el chaleco continuamente.

  • En el primer caso podríamos tener problemas de flotabilidad negativa que compensaremos nadando más de lo debido y generando sobre-esfuerzos.
  • En el segundo caso, si no tenemos demasiada práctica nos haría ascender demasiado rápido, superando la velocidad recomendada de 9m/min generando, probablemente, problemas más serios.

En tu curso de rescate muy probablemente tu instructor te ensañará y experimentarás este tipo de situaciones que jamás ocurrirán con un equipo de tu talla correcta y con un equipo bien mantenido, en buen estado y probado previamente. No obstante, bajo el agua… también hay soluciones.

Haz clic aquí si deseas repasar lo que ya conoces del chaleco, de cursos anteriores.

Solución a los problemas del chaleco, bajo el agua:

Si el BCD nos queda un poco grande y nos hemos dado cuenta tarde (cuando lo tenemos deshinchado en el fondo), siempre lo podremos ajustar al máximo mediante las tiras que regulan los cierres. Se pueden ajustar bajo el agua, casi con mayor facilidad que en la superficie.

Si por el contrario nos queda pequeño (dándonos cuenta a mitad de la inmersión) podremos bucear soltando el fajín o quizás, si nos aprieta demasiado en el pecho, podríamos soltar el cierre del pecho, fijando bien el cierre de la cintura y los de los hombros. No deberíamos, pero es mejor que terminar la inmersión agobiado y con esa sensación de «necesitar más aire».

Ante un hinchador que se quede fijo en la posición de hinchar… podríamos quitar el latiguillo de hinchado, vaciar el chaleco por cualquiera de sus válvulas y proceder a hincharlo mediante el dispositivo oral.

Por el contrario… si nos pierde aire todo el tiempo, por el mal estado de alguna válvula podremos unir nuestra flotabilidad a la de nuestra pareja de buceo. Iniciaremos juntos un ascenso tranquilo, lento y sin ningún problema para terminar esta inmersión. También es posible que entregando un kilo de plomo a nuestro compañero podamos seguir buceando normalmente pero de igual modo, deberíamos poner fin a esta inmersión. Finalmente es posible que las válvulas estén en perfecto estado, pero una de ellas puede estar mal enroscada; en cuyo caso, nuestra pareja de buceo nos lo podrá solucionar si se lo indicamos.

En buceo, todo se puede solucionar bajo el agua. Recuerda que lo más peligroso en esto de bucear es querer subir corriendo a la superficie. Eso sí es un problema y seguramente, puede acabar siendo serio.

RECUERDA: Todo lo anterior no son soluciones realmente. Son una serie de «trucos» para ver que todo se puede arreglar de forma sencilla y efectiva. Son para que no pierdas los nervios si alguna vez ocurriera. El agobio lleva a los nervios y los nervios pueden acabar en estrés. Éste último… puede acabar en el pánico que, siempre hemos de evitar. Las soluciones efectivas son bien claras, más sencillas y efectivas al cien por cien: Mantenimiento adecuado del equipo y control pre-inmersión de todos los elementos.

Las aletas

Poco podemos decir de las aletas. Éstas deben ser de la talla adecuada y como ya sabemos bien, debemos comprobar el estado de las tiras o muelles de sujeción, así como de los cierres.

Aquí puedes echar un ojo a lo que ya sabes acerca de las aletas, de tu primer curso de buceo.

Nos podría generar el problema de que se soltase una aleta en medio de una inmersión si no hemos comprobado correctamente los elementos de sujeción. Bucear con una aleta no es nada cómodo. Tampoco lo es si éstas nos quedan pequeñas (ya que generan dolor en el talón al aletear) o si nos quedan grandes (también pueden generar dolor en el empeine). El aleteo es menos efectivo pero sobre todo, como vemos, influye en nuestra comodidad.

  • Comprobar que las aletas nos quedan perfectas, con el escarpín puesto, antes de bucear es la solución única y definitiva a ello.
  • Sustituir las tiras o muelles y cierres cuando están en mal estado por el paso del tiempo.

Soluciones a los posibles problemas con las aletas

Las soluciones reales son las que hemos comentado antes pero como siempre… algunos «trucos» nos pueden hacer cambiar las cosas a mejor, si ya estamos sumergidos.

  • Llevar una tira y unos cierres en nuestro bolsillo del chaleco puede ser una buena opción si sabíamos que teníamos que cambiar esa tira pero: no nos ha dado tiempo, queríamos estirar su vida un par de inmersiones más o «nos la hemos jugado» como se suele decir porque en la tienda no tenían repuestos de nuestro modelo el día antes de ir a bucear.

Es posible sustituir una tira de la aleta estando bajo el agua. No deberíamos llegar a este punto, pero bueno. Por poder se puede y con práctica se hace en un par de minutos.

  • También es posible bucear con una aleta y puede ser algo a practicar en tu curso de rescate o te animo a que lo pruebes en alguna inmersión libre. La técnica para bucear con una aleta es solapar bien el pié que no tiene aleta o pegarlo muy bien, en paralelo, al que sí tiene aleta.

Bucear, nadando con una sola pala (en plan «La Sirenita») es mucho más efectivo que llevar el otro pie sin aleta, a lo loco o intentando patalear a la contra como si llevases las dos aletas.

El traje de buceo

Los aspectos acerca del traje de buceo son muy obvios y apenas necesitan ser estudiados; no porque no sea importante sino porque son cuestiones de pura lógica. Nos puede ir pequeño y nos agobiará el buceo, nos puede ir grande y tendremos frío, o puede no ser el adecuado para el entorno de buceo que vayamos a tocar. Veamos:

  • Si vamos a bucear en el mar Caribe, con el agua a 32 grados no debemos ponernos un semiseco de 8mm.
  • Si buceamos en un lago del Pirineo Aragonés, con el agua a 6 grados… necesitaremos un traje seco con buena ropa de abrigo debajo.
  • Si buceamos a una temperatura de 24 grados pero vamos a hacer tres inmersiones, quizás para la primera estaría bien un traje húmedo de 5 milímetros. Pero veremos que en la tercera inmersión igual echábamos en falta un traje semiseco de 6mm. Quizás la solución sea bucear con un traje semiseco de 5, con un húmedo de 8 o incluso con un húmedo de 5mm pero tener a mano un sobre-chaleco de neopreno para ponérnoslo en la última inmersión.
  • Del mismo modo si estamos buceando cerca del ecuador, en unas inmersiones de poca profundidad… veremos que con un shorty (trajes de manga y perneras cortas) o incluso, con una licra bucearemos cómodamente ya que la temperatura del agua es muy cercana a nuestra temperatura corporal.

El mantenimiento del traje de buceo es clave para alargar su vida útil y evitar imprevistos bajo el agua. Recuerda que se limita a lavarlo correctamente dándole una buena «ducha» con agua dulce tras los buceos, limpiar bien las cremalleras de los restos de sal, cal o arena, dejarlo secar a la sombra en una zona bien ventilada, colgarlo siempre de una percha (mejor si es una percha de perfil ancho, para no marcar la zona de los hombros) y engrasar las cremalleras un par de veces al año y siempre que lo vayamos a guardar para no emplearlo en bastantes meses.

Clic aquí, si deseas repasar lo que aprendiste en el primer nivel de buceo acerca del traje.

Un traje de buceo cuidado, bien mantenido y correctamente almacenado no es eterno, pero casi.

RECUERDA: Bucear con traje seco difiere un poco de lo que estás acostumbrado. Debes buscar una instrucción para ello. De hecho existe el curso para aprender a bucear con este equipo. ¿Quieres saber por qué?

El equipo autónomo

¿Qué problemas nos puede dar nuestro mejor amigo? ¿Nos vamos a quedar sin aire?

No. Nos nos vamos a quedar sin aire en medio de una inmersión pero hemos de saber que nuestro equipo de buceo autónomo lo componen: las botellas, las griferías, los reguladores, los latiguillos y las uniones de éstos con el resto de elementos que usamos para bucear.

Puedes dar un breve repaso a lo que ya sabes respecto a estos materiales aquí.

Botella y grifería

Hemos de comprobar siempre que la botella que usemos está en buen estado, sin picaduras, sin abolladuras, sin óxido en la parte del cuello ni en la unión con la grifería. Comprobaremos también que la junta tórica está perfecta, bien hidratada, sin grietas ni aspecto «seco». Nos cercioraremos de que esa botella cumple la normativa (viendo la fecha de su última inspección técnica) y de que la calidad del aire que contiene es buena (podemos probar el aire respirando por el regulador).

Además nos aseguraremos siempre que el aire no tiene sabor ni olor raros. De ser así hemos de comunicarlo al centro y no debemos bucear con un aire en esas condiciones.

También debemos cuidar la botella recordando que nunca la dejaremos con menos diez bares para almacenar. Tampoco debemos vaciarla demasiado deprisa. Ambas cosas podrían generar condensación dentro de la botella, lo que haría que tuviese humedad en su interior y la consiguiente corrosión. La corrosión es la que puede dar mal sabor al aire, puede obstruir una grifería o el regulador y, a largo plazo, deteriora el estado de la botella.

El problema más común que puede generar la botella es su indebida colocación en el chaleco de buceo. A veces se coloca con la grifería al revés. Otras veces se coloca en una posición demasiado alta o demasiado baja. Presta atención a ambas cosas, ya que corregirlas a tiempo ahorra problemas futuros en el agua.

En cuanto a la grifería, nos podríamos topar con algún grifo cuyo pomo esta desatornillado y puede parecer que pasa algo muy grave al no verlo o ver que se mueve sobre sí mismo y no abre ni cierra la botella. En este caso si la botella está abierta (o cerrada) así seguirá, ya que el movimiento del pomo no surte efecto en la apertura y el cierre de la grifería. No hay problema, simplemente se atornilla el pomo de nuevo (o un pomo nuevo, si es necesario) y ya está listo.

Lo mismo ocurre con las juntas tóricas. A veces notamos un ruido o silbido al abrir la botella o en alguna ocasión se escucha una pequeña explosión al tiempo que vemos volar, disparada, la junta. Si la junta tórica está en mal estado, demasiado seca, agrietada o semipartida… hemos de cambiarla antes de que esto ocurra, ya que es algo que se aprecia muy bien a simple vista. Las juntas han de tener buen aspecto y verse hidratadas, de lo contrario es mejor sustituirla antes de que aparezcan los problemas.

Existen dos tipos de griferías. Esto es algo que escucharás en los diferentes cursos de las certificadoras y que también te contará tu instructor: las griferías tipo k (que son las únicas que verás) y las de tipo j, que son como un mito que nadie ha visto.

En la actualidad sólo se manejan griferías tipo k. Que es la que seguro conoces y con la que ya estás sobradamente familiarizado. Clic aquí, en esta entrada del blog, si deseas saber sobre las griferías tipo j.

Regulador

Nuestro regulador debe ser inspeccionado por un profesional una vez al año. Si hay que ajustar algo o cambiar algún elemento, lo harán y lo dejarán funcionado a la perfección. No obstante, antes de cada inmersión hemos de analizar su aspecto (no golpes, no óxido, no picaduras o abolladuras en la primera etapa), el aspecto de la boquilla (ha de estar perfecta y de lo contrario, se debe sustituir) y comprobar que da aire con normalidad y que el botón de purga funciona a la perfección.

En este curso de rescate es necesario conocer a efectos teóricos, el funcionamiento de los reguladores más comunes, que son dos: los reguladores de pistón y los de membrana. Aunque verás que en el fondo, el funcionamiento es muy similar.

Sabemos que el regulador consta de dos etapas. La primera etapa es la que conectamos directamente a la grifería de la botella. Esta primera etapa consta de dos cámaras, que denominamos de alta presión (que contiene el aire a la misma presión con la que sale de la botella) y de presión intermedia (que suelen dejar el aire a una presión de entre 8 y 12 bares). La segunda etapa, que es por donde respiramos y que ya sabemos que debemos tener dos, la principal y la de emergencia.

El regulador de pistón

Al tomar aire por cualquiera de las segundas etapas lo que ocurre es que la presión en la cámara de presión intermedia, de la primera etapa disminuye. Es entonces cuando el pistón de la primera etapa se mueve hacia la cámara de presión intermedia, de modo que abre la válvula y sigue permitiendo que pase aire de la botella a la primera etapa.

Cuando exhalamos lo que ocurre es que el aire sale a través de la segunda etapa por las válvulas que lo desalojan y que sólo permiten la salida del aire. El proceso se inicia de nuevo con una nueva inspiración y se cierra el ciclo.

La gente de Mares nos explica muy bien, con un vídeo, el funcionamiento de uno de sus reguladores de pistón:

El regulador de membrana

Al igual que en el caso anterior, al inspirar el aire por nuestra segunda etapa del regulador disminuye la presión en la cámara intermedia de la primera etapa. Esa disminución de la presión flexiona una membrana que empuja la válvula que abre y permite que pase de nuevo el aire de la botella.

Es el mismo proceso que antes, pero en lugar de un pistón lo que mueve (abre y cierra la válvula de paso de aire de la botella al regulador) es una membrana.

También podemos ver en un vídeo, el funcionamiento de un regulador de membrana o diafragma:

Latiguillos

También hemos de comprobar el correcto estado de éste elemento y sobre todo, de las conexiones que forman con el regulador y los diferentes elementos con los que conectan como: la consola del manómetro, el hinchador de la tráquea del chaleco y las dos segundas etapas (primera y reserva) por donde respiramos.

Todas las conexiones han de conectar perfectamente y no ha de perder aire por ninguna de ellas. Si pierde, aunque sea un poco de aire, seguramente bastará con posicionar bien la conexión, cambiar la junta tórica que hay en su interior o junto a la rosca o, en el peor de los casos, reponer el latiguillo por uno nuevo.

Cualquier imprevisto con el equipo de buceo autónomo, una pequeña pérdida de aire que se escapa de la junta de la grifería o por la conexión del latiguillo con nuestra segunda etapa se puede terminar solucionando, solicitando el fin de la inmersión e iniciando el ascenso con nuestro compañero. Pero hemos de evitar este tipo de situaciones por que es algo, como vimos, muy sencillo de evitar. No conozco a nadie que se baje una pista esquiando con una fijación rota y tampoco se nos ocurriría seguir conduciendo el coche con los frenos en mal estado. Es exactamente lo mismo.

Aquí puedes conocer una historia, que hace referencia a una inmersión en la que presenciamos una fuga de aire en el manómetro y que no acabó demasiado bien.

Con todo lo anterior ya conocemos bastantes aspectos acerca del material de buceo y los elementos que todo submarinista lleva consigo en su equipamiento.

Recuerda que una de las claves importantes para el buceo seguro es el mantenimiento de nuestro equipo y la otra el chequeo de todo el equipo, nuestro y del compañero, tras montarlo y también previo a la inmersión.

Y ya estamos preparados para pasar al siguiente tema, donde nos familiarizaremos con otro de los aspectos fundamentales de este curso de buceo que debemos conocer, saber identificar y clasificar, el estrés en el buceador.