El buceo es una gran actividad, un tremendo descubrimiento que nos hará sentir cosas increíbles. Sin duda alguna la primera vez que nos sumergimos con nuestro equipo de buceo es la que más nos marcará para el resto de nuestra vida. Realmente lo que sentimos al bucear por primera vez cambiará nuestra vida por diversos motivos:
- Nos enfrentamos a nuevo medio natural que no es el nuestro, por nuestra condición humana.
- Descubrimos un entorno natural que sólo los buceadores y buceadoras conocen.
- Nos mezclamos con la vida subacuática en un ambiente de paz, calma y donde el tiempo transcurre de forma diferente.
- Vencemos miedos. Aún es más, convertimos miedos en tranquilidad, paz y diversión.
Las sensaciones al bucear por primera vez:
Las sensaciones antes de bucear:
- Nervios, respeto y muchas ganas de empezar, al mismo tiempo. Algo lógico y natural al ser la primera vez. Como siempre que probamos algo nuevo, en un entorno desconocido. Esta sensación nos suele acompañar hasta que nos metamos al agua y comprobemos lo bien que podemos respirar a través del regulador.
- Nos sentiremos con algo de calor y algo incómodos con el equipo hasta que entremos en el agua. No debemos preocuparnos, es una sensación lógica por ser la primera vez que nos ponemos un equipo de buceo. Esta sensación desaparece por completo, una vez estemos en el agua. Ten en cuenta que el equipo está diseñado para bucear, no para permanecer en tierra.
- Nos invaden las preguntas:
- ¿Cómo se usa este chaleco?
- ¿Qué botón era para cada cosa?
- ¿Cómo he de respirar?
- ¿Me morderá un tiburón?
- Y… ¿si viene un bicho grande?
- Y… ¿si me quedo sin aire?
- ¿Qué ocurre si entra agua en mi máscara de buceo?
Podemos resumir que la sensación antes de bucear por primera vez está marcada por estos sentimientos: nervios, incomodidad, dudas, preguntas y miedos. Es por ello que el bucear, cuando somos principiantes, siempre tiene ese punto de adrenalina.
Las sensaciones cuando ya estamos buceando:
- Vemos como podemos respirar cómoda y normalmente bajo el agua. Al mismo tiempo observamos que el equipo ya no nos pesa, ni nos resulta incómodo. Comenzamos a observar las maravillas naturales que nos escondía el medio subacuático.
- Comienza la sensación de relax. Empezamos a observar la calma, aprendemos a apreciar el silencio y la quietud del mundo azul.
- Nos comenzamos a sentir bien, cómodos y como pez en el agua. Vencemos esos miedos iniciales y ello hace que nos sintamos orgullosos de nosotros mismos. Disfrutamos del agua y de su ambiente. Comenzamos a respirar mucho más despacio.
- Aquellas preguntas que nos abrumaban antes de empezar se esfuman. Ya estamos dentro. Va todo sobre ruedas y sólo nos dedicamos a disfrutar. Esa sensación de ingravidez, empezamos a flotar literalmente como los astronautas.
- Comenzamos a desplazarnos tranquilamente, observando la cantidad de vida que esconden los océanos, mirando cada detalle, cada pececillo, apreciando cada color y bailando al son del mar. Ya no pensamos en la respiración, dejamos a un lado los botones del chaleco. Todo comienza a fluir, como si nada… Lo que parecían nervios y adrenalina se transforma en calma y felicidad.
Es lo que ocurre la primera vez que buceamos. Aquellos nervios e inquietudes se transforman en calma y diversión absolutas. Comenzamos a ver que está todo bajo control. Que las cosas son bastante sencillas, en manos de nuestro instructor o instructora de buceo y que podemos estar bajo el agua, incluso mejor que en tierra, cuando todo fluye y está bajo control.
Y esta es la sensación al terminar de bucear por primera vez:
¿Ya se ha terminado? ¿Cómo? ¿Ya llevo casi una hora bajo el agua? ¡me parecieron diez minutos!
Casi todas las personas nos comentan lo mismo. Es lo que tiene pasarlo en grande, sumergidos bajo el agua por primera vez. Aquellas primeras sensaciones que parecían negativas se tornan en tranquilidad, armonía y felicidad. El tiempo pasa volando cuando nos hemos tenido que acostumbrar a algo nuevo, hemos tenido que vencer algún miedo y la recompensa nos llega en forma de diversión y felicidad. Por ello nos parece que el tiempo se pasó rapidísimo.
Por ello podemos decir que la principal sensación tras terminar de bucear, casi siempre es la misma y se resume bien sencillo: ganas de repetir. Esa es la sensación principal al bucear por vez primera.
Es por ello que más del 85% de las personas que prueban el buceo desean rápidamente realizar su curso para ser buceadores o buceadoras certificadas.
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La verdad es que casi todo el mundo sale encantado del agua la primera vez que bucea y puede descubrir el mundo subacuático. Pocas actividades llenan tanto como el buceo y conjugan tantas sensaciones nuevas al mismo tiempo. Una gran experiencia que todas las personas deberían probar y que podemos descubrir realizando nuestro primer curso de buceo o experimentando todas estas sensaciones con un bautizo de buceo.