En numerosas ocasiones la falta de costumbre, la novedad o la inexperiencia de buceo nos hace pensar en aquellas accidentes que nos pudiera causar la vida acuática. Es lógico y natural que nos hagamos ciertas preguntas sobre ello al introducirnos en un medio que no es nuestro medio natural de vida, donde sabemos que habitan seres que poco tienen que ver con nosotros.
Si ya estás en este tercer curso, seguramente tendrás ya un buen número de inmersiones y estarás acostumbrado y maravillado por la vida submarina y por todos los habitantes del azul. Pero no debes olvidar cómo te sentías en tus primeras inmersiones.
Cada vez que ves un animal acuático por primera vez, puedes seguir sorprendiéndote ya sea por sus colores, la forma de su cuerpo, su dentadura, su ojos, la morfología de su cabeza, sus aletas, su tamaño o su comportamiento. Esta incertidumbre a la que algunos buceadores están acostumbrados, en otro tipo de personas puede generar un pequeño estrés que hemos de saber gestionar, como vimos en el tema anterior.
Además de ese pequeño estrés, natural para muchos y totalmente controlable es posible que, en ocasiones, la vida subacuática genere algún tipo de accidente de buceo. No estamos hablando de aquel tiburón de las películas que se come a todo el pasa por su lado, tampoco hay serpientes gigantes que muerdan ni existe el monstruo del Lago. Pero sí hemos de conocer algunas especies submarinas que nos pueden provocar pequeños accidentes de buceo que siempre hemos de evitar.
Accidentes de buceo con plantas subacuáticas
Debemos ser conocedores de que determinadas plantas marinas, algas y raíces en los mares, marismas y manglares pueden ser largas, finas y meticulosas. A veces, las corrientes o la inesperada longitud de estos elementos de la vida acuática nos podrían llegar a sorprender, quedándonos amarrados o atrapados mediante algún elemento de nuestro equipo.
Ante una eventualidad de este tipo no hemos de preocuparnos ni alarmarnos demasiado pero sí debemos tener algunas consideraciones para solucionar el accidente de buceo:
- Hemos de pasar siempre a una distancia prudencial de todos estos elementos acuáticos.
- Si buceamos de frente, siempre podemos ver y anticiparnos para dejar una distancia prudencial con ellos.
- Si notamos que nos hemos quedado atrapados o nos hemos enreligado con algún elemento natural, red de pesca, cabo o elemento similar: no debemos avanzar, ni hemos de girarnos a ver qué ocurre.
- Avisaremos al compañero para que deshaga el lío o corte con su cuchillo para liberarnos.
- También es muy útil aprender a nadar hacia atrás con las aletas. En muchas ocasiones, el simple hecho de retroceder un metro nos sacará del lío.
- Si no hemos sido imprudentes, no debe ser una situación que nos ponga en peligro. Cualquier pequeño lío inesperado será muy sencillo de solventar.
- Si no vemos claramente qué es lo que ocurre, dejaremos siempre que sea el compañero quien use la herramienta de corte. No debemos usarla nosotros mismos sin ver claramente qué estamos cortando. Una imprudencia tal, sí podría ser un fallo grave: imagina que cortas el latiguillo de alta presión del manómetro.
Como siempre, la previsión, el buen juicio de buen buceador, la lógica y la capacidad de anticipación a los problemas potenciales son la clave a manejar en este curso de rescate.
Del mismo modo, puede haber plantas urticantes que, apenas rozándolas, podrían causar picor, escozor o heridas en nuestra piel, dificultando nuestra inmersión y haciendo que el disfrute de la misma se venga abajo. Por ello es conveniente llevar siempre un traje de buceo largo o en su defecto, bucear siempre con una licra que cubra y proteja la mayor parte de nuestra piel.
Accidentes de buceo con corales
Al igual que ocurría con determinados tipos de plantas, también existen corales que nos pueden cortar y producir heridas urticantes. Existen muchos tipos de coral y algunos son venenosos para otros organismos y ello… ¡nos incluye!
Es posible que vayas buceando a una distancia prudencial del fondo pero en un imprevisto roces, sin querer, uno de estos corales venenosos. No… no nos vamos a morir por ello, pero pueden ser realmente dolorosos, sentiremos un picazón o veremos que la piel nos arde con lo que seguramente será el fin de esa inmersión y puede que nos fastidie nuestras «vacaciones de buceo» según el tipo de coral que fuera.
Aquí cuento la historia de cuando rocé un coral venenoso en la Polinesia Francesa.
Para poner solución a este tipo de accidentes de buceo con la vida acuática, simplemente dos premisas:
Bucear siempre con la piel cubierta. Traje de buceo largo o licra que nos cubra enteros.
Permanecer siempre atentos al fondo o la pared que estamos buceando y mantenernos a una distancia prudencial.
Fácil ¿verdad?
Accidentes de buceo con pequeños invertebrados
Existen algunos invertebrados que nos llamarán la atención por su belleza y los colores que presentan. Pero hemos de saber que muchos de ellos, también contienen sustancias tóxicas para otros organismos. Estas toxinas nos pueden llegar a producir escozor, picazón, calambres y dolor (e incluso fiebre o alguna infección).
Hablaremos de diferentes especies y comentaremos sobre ello en otras partes de la web ya que el curso de rescate no implica conocer todas las especies que pueden generar accidentes a los buceadores. Sí nombraremos a uno, que se suele encontrar bastante y que es el, bien llamado, Gusano de Fuego. Un roce con esta especie de «cienpiés» marino hará que nos pique la mano o el tobillo durante un buen rato. Produce quemazón, picor inaguantable y en numerosas ocasiones hinchazón del miembro con el que lo hayamos rozado. Nada agradable.
Es sencillo: en buceo, no debemos tocar ni molestar a nada de nuestro entorno. Siempre es por su bien, pero vemos que en numerosas ocasiones, puede ser también por el nuestro. Además hemos de saber que en la naturaleza, en general, todo aquello que brilla, tiene numerosos colores o colorido llamativo y chillón… suele ser venenoso. Extremar el cuidado que siempre hemos de tener.
Accidentes de buceo con peces
Al igual que ocurría con los invertebrados, también existen numerosos peces que tienen sus organismos de defensa en las aletas dorsales, por ejemplo. Sus espinas están listas para clavarse en nuestras piernas, pies o manos si estos pequeños se sienten amenazados por nosotros.
Ningún pez nos va a atacar si no se siente intimidado o amenazado por nosotros. Pero existen algunos peces de pequeño y mediano tamaño que suelen estar en el fondo, camuflados en la roca o semienterrados en la arena y si ven que van a ser pisados o aplastados… empinan sus espinas de la aleta dorsal y éstas se pueden clavar en nuestro cuerpo, cual aguja venenosa.
Pez Escorpión, Pez Araña, Pez Piedra, Pez león, Pez Cirujano… son algunos ejemplos de peces que poseen toxinas en sus espinas y que no querrás que sean clavadas en ninguna parte de tu cuerpo. El dolor y la hinchazón que pueden generar no es nada agradable para nadie y no digamos ya si pudiéramos ser alérgicos o alérgicas a sus toxinas.
Box fish o Pez Cofre: simpático, pequeñito y «amigable» pez al que no nos deberíamos acercar demasiado. Podemos verlo, fotografiarlo y bucear tranquilamente con él pero si nos acercamos demasiado o por el motivo que fuere se sintiese amenazado, hemos de saber que segregará una toxina que «envenena» la pequeña masa de agua que lo circunda. Si nuestra mano (por ejemplo) está cerca de esa nube tóxica justo en ese momento… también nos puede generar algún tipo de reacción cutánea dolorosa.
Son sólo algunos ejemplos. También existen determinados cefalópodos y otro tipo de organismos acuáticos que nos podrían generar accidentes de buceo del mismo estilo. Son sencillas de evitar:
Un buen buceador jamás molesta el hábitat de su entorno de buceo. Por el bien del hábitat pero muchas veces, por su bien propio.
Una vez más, la distancia prudente con el fondo es clave para evitar este tipo de accidentes de buceo ya que, en la mayoría de ocasiones, este tipo de animales se camuflan perfectamente con el fondo y no es sencillo verlos tan siquiera.
Accidentes de buceo con vida acuática de mayor tamaño
En algunas inmersiones bucearemos con animales grandes. Ballenas, delfines, orcas, tiburones, mantas, pulpos de mayor tamaño, barracudas, meros, tamboriles, atunes, peces espada y un largo etcétera de animales acuáticos de mayor tamaño que nos podemos encontrar.
Algunas especies de peces grandes como el Pez Luna, el Tamboril o el Mero suelen ser peces que pueden tener un gran tamaño pero que suelen ser muy sociables y suelen estar cómodos en la cercanía con los buceadores. No es raro que algunas de estas especies sean ellas mismas, quien se acercan a nosotros y posan para nuestras cámaras a escasos centímetros de nuestra presencia. Lo mismo ocurre con algunas tortugas, mantas o tiburones.
Por contra hay otras especies menos amigables. No quiere decir que sean animales peligrosos para nosotros, los buceadores. Pero no se van a acercar como si lo pudieran hacer otras especies.
Si ellas no se acercan a nosotros, nosotros (como siempre) no debemos acercarnos demasiado a nada. Hemos de respetar el espacio, no molestar a ningún ser de los que nos encontramos por ahí abajo y observarlos siempre con una distancia lógica.
Es una práctica de buen buceador informarse de las especies que habitan el entorno en el que se va a realizar la inmersión. Bucear con un guía o centro de la zona, garantiza nuestra seguridad y la del medio ambiente.
RECUERDA: Si no vas a bucear con alguien de la zona, es tu deber conseguir información acerca de las especies que hay, su carácter y su comportamiento; del mismo modo que debes controlar el resto de variables que influyen a la inmersión, en cuanto al entorno de buceo se refiere.
Puedes ver noticias de accidentes de buceo con este tipo de animales: mantas, tiburones, orcas, peces espada… Verás que en todas ellas es la imprudencia del humano, la que genera el accidente.
La historia de mi compañero José Manuel y el ataque de un pulpo grandote.
Hasta ahora hemos repasado y ampliado nuestros conocimientos sobre el equipo de buceo, hemos aprendido lo que es el estrés en el buceador, sus tipos y cómo gestionarlo. Acabamos de conocer los diferentes tipos de accidentes que nos puede causar, con muy pocas probabilidades, el entorno acuático.
De modo que ya estamos preparados para pasar al siguiente tema: el plan de emergencia en el buceo. ¡Vamos a por él!