¿Cuánto cuesta un bautizo de buceo?

Cuando pensamos en realizar alguna actividad de aventura o estamos investigando sobre nuevas experiencias que nos cambiarán la vida, una de las cosas que nos planteamos también es su precio. Por este mismo motivo vamos a intentar dar respuesta a esta cuestión ¿Cuánto cuesta un bautizo de buceo?

Debemos contemplar un amplio abanico de precios ya que según el lugar, la demanda, la temporada, el tipo de centro de buceo, el tiempo empleado, la dedicación y la exclusividad o no de la actividad pueden hacer variar el precio de forma significativa.

Los precios de un bautizo de buceo en España varían entre los 70 y los 180 euros. Como ves… la diferencia no es poca.

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Cuál es el precio de un curso de buceo.

El precio de un bautizo de buceo por zonas

Sin lugar a dudas en las Islas Canarias es donde podremos encontrar los mejores precios para realizar nuestro bautizo de buceo. Dos son los aspectos que influyen positivamente en el menor precio: por un lado la ausencia del IVA y por otro, el hecho de que la demanda de buceo en las islas es mayor, dado el clima favorable durante todo el año, la claridad de sus aguas y el mayor encanto de buceo, cantidad de vida subacuática. Por todo ello la oferta también es mayor y la elevada competencia, al existir una gran cantidad de centros y escuelas de buceo, hacen que nos encontremos con precios que oscilarán entre los 70 y los 100 euros.

La costa sur de la península, así como la costa perteneciente a Murcia y Comunidad Valenciana también goza de buenos puntos de buceo, la oferta también es elevada y son lugares donde también encontraremos precios bastante competitivos.

La costa mediterránea se va encareciendo según vamos desplazándonos hacia el norte. Gerona e Islas Baleares suelen ofrecer precios más elevados. La oferta de centros de buceo es menor, los meses fríos y el propio nivel de vida de la zona también influye en los precios de un bautizo de buceo.

La costa del Cantábrico y del norte peninsular, en general ofrece precios medios en el abanico que hemos nombrado anteriormente. No existen demasiados centros de buceo pero son de calidad y la relación calidad – precio es muy buena. Ahora bien… las corrientes, la falta de visibilidad en demasiadas ocasiones, el frío de las agua pueden ser motivos para que, según la persona, no se disfrute al máximo de una primera experiencia de buceo.

El precio de un bautizo de buceo según la demanda

Como podrás imaginar no es lo mismo realizar tu bautizo de buceo en la zona más top de Ibiza o en la temporada alta de las islas Medas que realizarlo en Alicante durante el invierno. Tampoco es lo mismo realizarlo en un centro a pie de playa, en el lugar más turístico de Tenerife que en algún pueblo alejado de la costa en la isla de la Palma o en los alrededores de Almería.

Algunos centros de buceo sacan promociones para los meses de menor demanda, que normalmente suelen ser los meses de otoño – invierno.

Normalmente los centros de buceo que ofrecen mayor comodidad, suelen ser algo más caros. Comodidades como estar ubicados dentro del propio puerto o junto a la playa, en el lugar donde se realiza la inmersión. Serán más económicos los que requieran que nos desplacemos en coche a algún lugar, los que no tengan servicio de buceo desde barco (etc). Los centros que más servicios ofrecen suelen ser los de mayor demanda y por tanto nos pedirán más dinero por nuestro bautizo de buceo.

¡Cuidado! porque aquí no se cumple siempre aquello de «mayor precio – mayor calidad – por eso hay mayor demanda»

Generalmente las zonas saturadas de turismo, en temporada alta y con múltiple oferta de buceo suelen acabar ofreciendo una peor atención, bautizos de buceo en masa, dedicando menos tiempo y en definitiva, como se suele decir, «haciendo bautizos de buceo como churros». El resultado es una peor calidad en el servicio pero un precio elevado por la alta demanda que tienen y por la elevada presencia de personas que vienen de países con un mayor poder adquisitivo.

Desde Buceitos.com siempre recomendamos realizar nuestro bautizo de buceo en una zona donde el clima sea óptimo para disfrutar al máximo de nuestra primera experiencia de buceo, donde la visibilidad también sea buena o muy buena, ya que esto nos ayuda a relajarnos y que todo fluya como debe y sobre todo recomendamos un centro de buceo de calidad, donde nos brinden toda la atención necesaria y el desempeño sea exclusivo o casi exclusivo para nosotros.

Servicios adicionales al bautizo de buceo

Servicios que incluye todo bautizo de buceo en cualquier centro o escuela de buceo europea:

  • Alquiler de todo el equipo de buceo necesario.
  • Instructor o guía de buceo, que permanecerá siempre junto a nosotros.
  • Explicación, control y ejecución de la actividad de buceo recreativo.
  • Ayuda, acompañamiento y seguridad total (dentro y fuera del agua).
  • Seguro de buceo para dicha actividad.

Además de todo lo que incluye siempre nuestro bautizo de buceo, existen algunos servicios que suelen estar presentes y otros que no. Pero que debemos conocer y contemplar a la hora de valorar el precio ofertado:

  • Desplazamientos en vehículo desde el centro de buceo al punto de inmersión. Recogida en nuestro alojamiento por parte del centro de buceo.
  • Desplazamiento al puerto deportivo y desplazamiento en embarcación hasta el punto de buceo.
  • Limpieza y desinfección del equipo de buceo, tras la actividad.
  • Servicio de fotógrafo submarino.
  • Fotomontaje o videomontaje de nuestra experiencia de buceo.

Son diversos aspectos que debemos contemplar y tener en cuenta para saber valorar lo que estamos pagando. En muchas ocasiones tendemos a valorar únicamente la actividad en sí pero hemos de pensar que los equipos tienen su amortización y sus gastos de mantenimiento, existe un protocolo de seguridad que conlleva unos gastos, los seguros, el combustible, las tasas portuarias en su caso, las tasas de reserva marina, el tiempo empleado por el buceador fotógrafo, el posterior montaje…

Es por ello que no siempre sea sencillo responder a la pregunta de cuánto cuesta un bautizo de buceo. Pero esperamos haberte dado una buena respuesta. Aunque, quizás, más extensa de lo que esperabas.

Bucear con cámara de fotos submarina

Consideraciones importantes

No te debes quedar con la idea de que un bautizo de buceo será peor si nos cuesta 90 euros que si nos cuesta 150.Tampoco pienses que un bautizo de buceo de 200 euros será mucho mejor que otro de 120. Lo más importante en esta primera experiencia de buceo es la atención y dedicación de tu instructor o instructora. Es lo que hará que nos sintamos seguros, cómodos y como pez en el agua. Esto es la clave para terminar disfrutando la actividad y ello lo vamos a poder encontrar nos cueste 70 o 180 euros.

Tampoco debes pensar que si realizas la actividad desde barco será mucho mejor que desde tierra. No tiene nada que ver. Hay muy buenos puntos de buceo desde tierra y será cuestión de suerte visualizar más o menos vida marina en uno u otro lugar. Hay personas que creen que al ir desde barco tendrán un bautizo de buceo mucho mejor, pero no tiene porqué ser así.

En algunos centros te dejarán libre al terminar la actividad y en otros volverás al centro de buceo y colaborarás con la limpieza y enjuague de tu equipo, por ejemplo. Quizás te interese más una u otra cosa según el tiempo del que desees disponer en tu día de buceo.

Algo que sí te recomendamos es que si te ofrecen la opción de tener un fotomontaje y un vídeo de esta experiencia, lo consideres. Puede resultar caro pero te aseguro que a todos los buceadores de antaño nos encantaría tener un recuerdo así de nuestro primer día bajo el agua.

Por todo ello terminamos argumentando que un bautizo de buceo de 160 euros puede ser muy barato y uno de 60 podría ser carísimo. No te dejes llevar por el precio. En cambio, infórmate bien del centro de buceo, sus instructores o guías, la calidad de sus equipos, pásate días antes para observar su atención, informarte de los servicios que incluyen o consultar a otros clientes. Pregunta a otras personas o busca opiniones en internet acerca de todo lo que hemos mencionado pero no utilices el precio como única guía.

Y ten en cuenta que el tener un buen bautizo de buceo no está únicamente en el centro, el instructor o instructora o en el precio. Influyen diversas variables externas como el clima, la temperatura del agua, la claridad y buena visibilidad del lugar, el buen estado del mar, la orografía y la cantidad de vida marina del punto de inmersión al que vayas…

¡Elige un buen sitio de buceo para tu primera vez bajo el agua! ese es un buen consejo que deseamos darte.

Seguro que te sirve de ayuda nuestra siguiente recomendación de lectura, ¡échale un ojo!

👉 ¿Qué se debe saber para bucear?

Volar después de bucear

Cuando vamos a viajar siempre nos viene a la cabeza la cuestión de volar después de bucear. ¿Podemos? ¿Cuándo podemos? ¿Por qué era? ¿Qué dicen los expertos? Como buceadores y buceadoras, todos lo aprendimos en nuestra formación y de hecho es un aspecto que debemos tener muy en cuenta siempre, ya que es un asunto muy serio.

No podemos volar después de bucear. Claro que no. La respuesta es muy tajante ya que puede comprometer seriamente nuestra salud.

No volar después de bucear

¿Se puede volar tras bucear?

Ya hemos dicho de forma tajante que no. No debemos tomar un vuelo después de haber realizado una inmersión. Pero claro, hemos de recordar bien lo que aprendimos en nuestras formaciones de buceo ya que el asunto no es tan desconcertante. Y es que no se trata tanto de si podemos o no tomar un vuelo después de bucear sino de cuándo podemos hacerlo. Ahí está la clave. Cuánto tiempo ha de pasar desde que salgo del agua hasta que despega el avión. Eso es lo verdaderamente importante. Aquí dejamos la respuesta para tenerlo bien claro:

Cuándo podemos volar después de un buceo

Si hemos realizado una inmersión recreativa debemos esperar doce horas, al menos, antes de volar tras bucear.

Si llevamos varios días buceando, hemos realizado inmersiones continuadas o acumulamos dos o más inmersiones sucesivas tendremos que esperar, como mínimo, dieciocho horas en superficie.

Si hemos realizado algún buceo con descompresión tendremos que esperar, como mínimo, un día entero (24 horas) antes de tomar un avión. Cualquier buceo que haya requerido una parada de descompresión, planeada o por emergencia. No se incluye en este supuesto la parada de seguridad que debemos realizar en el buceo recreativo, cuando nos aproximamos a los límites de no descompresión.

El porqué de estas normas para volar después de una inmersión

La acumulación de nitrógeno en nuestros tejidos mientras buceamos, a causa de los incrementos de presión ambiente a la que nos exponemos en el buceo. Sabemos que el nitrógeno que absorbe y contiene nuestro organismo mientras buceamos sigue estando presente cuando salimos del agua. Fenómenos de saturación, sobresaturación y desaturación.

Mientras ascendemos al finalizar nuestras inmersiones y en los intervalos de superficie, nuestro cuerpo comienza a liberar ese nitrógeno que, de forma natural, expulsamos al aire con nuestras exhalaciones gracias al intercambio gaseoso que se produce en los pulmones. Pero sabemos por nuestra formación en qué consiste la enfermedad descompresiva. Conocemos que es la principal motivadora de la mayoría de las normas básicas en el submarinismo, como por ejemplo:

  • No superar los límites de no descompresión, en buceo recreativo.
  • Planificar correctamente y cumplir las paradas de descompresión, en el buceo técnico.
  • Respetar, en todo momento, la velocidad de ascenso.
  • Cumplir los intervalos de superficie planificados entre inmersiones.

Y… no planear un buceo a las once de la mañana y una excursión de montaña después de comer, en el mismo día.

Al ascender a mayores altitudes favorecemos que el nitrógeno, que todavía contiene nuestro organismo, salga de nuestros tejidos y nuestra sangre formando burbujas al pasar a zonas con menor presión ambiente. Estaríamos comprando boletos para la rifa de la enfermedad descompresiva. Es el mismo motivo por el cual no debemos volar después de bucear.

Al igual que debemos respetar los tiempos de intervalo en superficie entre inmersiones sucesivas, tendremos que respetar estos «intervalos sin altura» de doce, dieciocho o veinticuatro horas antes de coger un avión.

Lo que dicen los expertos acerca de volar tras bucear

Hasta hace no demasiados años se creía que no podíamos volar tras bucear sin dejar pasar, al menos, veinticuatro horas. Sin embargo los últimos estudios, que se basan en la evidencia empírica, han permitido a la comunidad de buceo concretar más estos tiempos de desaturación de nitrógeno en nuestros organismos. Las certificadoras, las asociaciones de buceadores y los organismos de buceo como DAN suscriben y se acogen a los nuevos tiempos, más cortos, a tener en cuenta antes de poder volar tras haber practicado submarinismo.

No hay evidencia alguna que relacione la probabilidad de sufrir enfermedad descompresiva con tomar un vuelo si se respetan los límites, antes mencionados, de doce y dieciocho horas (según el caso) en el buceo recreativo y de 24 horas, en el caso de haber tenido que realizar alguna parada de descompresión.

Conclusiones de volar después de bucear

Como en el buceo siempre es mejor pecar de pasarse que de no llegar y nunca nos va a influir negativamente el ser más restrictivos con nuestras decisiones, creo que el asunto no nos complica demasiado la existencia. Además vemos que las diferencias de tiempo no son tan significativas como para ponernos a llorar; mucho menos si las tenemos en cuenta en el ambiente recreativo que nos atañe. Podemos volar seguros si nos acordamos de lo siguiente:

  • 12 horas si hemos realizado un buceíto.
  • 24 horas si hemos realizado varios o llevamos varios días haciendo inmersiones.

Si queremos simplificar todo un poco más, creemos que tenemos algún factor más que pudiera favorecer la enfermedad descompresiva o hemos rozado los límites en alguna de las inmersiones, son unas vacaciones de buceo o cualquier aspecto que nos haga pensar que debemos permanecer más restrictivos, nos curamos en salud si mantenemos esta premisa: Volar después de que hayan pasado al menos, veinticuatro horas tras nuestra última inmersión. Lógico, sencillo, seguro y fácil de recordar ¿no?

Recuerda que debes tener las mismas consideraciones a la hora de ascender a altitudes elevadas.

Subir al Everest, al Teide o al Moncayo tras haber buceado, tampoco es una buena idea.

Toda subida que suponga ascender por encima de los 800 metros de altitud debería ser considerada igual que un vuelo, de cara a la seguridad de una persona buceadora. Además si debemos subir cualquier puerto de montaña tras haber buceado, es muy recomendable esperar un par de horas a nivel del mar antes de partir. La seguridad está siempre por encima de todo.

Tras las normas, la lógica y tu buen juicio como buceador es lo que cuenta.

Debemos cumplir las normas de buceo por nuestra propia seguridad, siempre. Pero… ¿si he realizado un buceo y sale mi avión justo doce horas después? y ¿si he realizado tres buceos y el vuelo sale justo tras 20 horas? o ¿si he cogido unas vacaciones de buceo en las que voy a bucear a diario tres inmersiones hasta el día previo al vuelo de vuelta?

Este tipo de casuística se da, muy a menudo de hecho. En todos los casos se cumplen las normas pero a veces nos podemos sentir temerosos con ello, por rozar demasiado el límite acordado. Hemos de saber que estos tiempos ya contemplan unos márgenes de error, como toda conclusión que proviene de la estadística. Estamos seguros cumpliendo los tiempos establecidos. Pero…

  • Puedes realizar ese buceo a una menor profundidad de la planeada. Estar un menor tiempo de fondo…
  • Puedes planificar esa serie de buceos con unos límites más restrictivos y estando más lejos de la no deco.
  • Puedes realizar una parada de seguridad «obligatoria» aunque no lo sea.
  • Realiza los ascensos a una velocidad más lenta que la establecida.
  • Introduce factores de restricción a tu ordenador de buceo.
  • Hidrátate muy bien, descansa muy bien y no consumas bebidas alcohólicas esos últimos días.
  • No realices ejercicio físico duro durante esa semana de buceo.

En definitiva, son muchas las cosas que podemos hacer para minimizar ese riesgo que puede estar en nuestra cabeza, aún teniendo el vuelo dentro de los tiempos establecidos, para una mayor seguridad.

Esperamos que haya bien claro este tema y en el siguiente post del blog hablaremos de otra cuestión que, muchas veces, alguien se pregunta. Veremos si se puede bucear después de volar.

Problemas con la máscara de buceo

En este post voy a contar una mala experiencia que tuve con algunos problemas en la máscara de buceo hace ya algunos años. Digo bien, realmente fue una mala experiencia ya que realmente, no fue un problema de buceo. Creo que contar y comentar este tipo de eventualidades negativas siempre es bueno porque otros buceadores podemos aprender constantemente de las experiencias de otros.

Siempre hablamos de las cosas buenas, todo lo que nos aporta el submarinismo en términos positivos, lo que nos muestra el océano, lo que nos enseñan los mares y lo grande, perfecto y maravilloso que tiene el mundo subacuático pero hemos de valorar también estas «historietas del abuelo cebolleta» como positivas.

¿Por qué?

Porque en el fondo son otro modo de aprendizaje. En los cursos de buceo aprendemos la teoría fundamental para poder practicar esta gran actividad. También en las prácticas y en las inmersiones que vamos realizando a lo largo de nuestra vida vamos aprendiendo mucho, obtenemos experiencia y pasamos por diferentes situaciones que, de forma continua, nos siguen formando como buenos buceadores.

Pero es imposible saberlo todo. Como ocurre con todo en la vida, no podemos pasar por todas las experiencias y situaciones que se pudieran dar. Por ello es clave el hecho de poder nutrirnos de lo que contamos los demás. Cuando ya tienes una experiencia base no es difícil ponerte en situación y hacer como tuyas esas experiencias que los demás buceadores te van aportando.

Por ello es fundamental hablar con otros buceadores y compartir buceo, comentar sobre inmersiones del pasado, contar algunos detalles o generar diálogos acerca de situaciones que se han vivido, aunque no sean muy comunes. Para ello está nuestro blog de buceo.

La máscara y los efectos de la presión hidrostática

Todo transcurre en el año 2015, en nuestro viaje a la Polinesia Francesa. Llevábamos ya tres días de buceo en la isla de Rangiroa realizando inmersiones dentro y fuera del atolón. La vida acuática en Polinesia es una pasada, en cualquier playa, cualquier zona cercana a las rocas puedes ver todo tipo de peces tropicales, familias y bancos gigantes de peces de todos los colores y tamaños.

Puedes ver las fotografías si me sigues en Instagram. Soy @DavidToDive

La máscara de buceo y la presión

Los buceos en apnea mientras realizas snorkel son más que suficientes para disfrutar de la vida acuática en Polinesia. Rayas, peces trompeta y tiburones de arrecife se pasean a tu lado mientras te bañas en una playa a un metro de profundidad. Es así. Pero Rangiroa tiene algo muy característico y es que en sus pasos (Avatoru y Tiputa) puedes bucear con delfines y tiburones siempre que lo desees. Si buceamos cinco días allá, los cinco días fuimos a visitar a nuestros amigos.

El caso es que en nuestro cuarto día de buceo, otros buceadores nos comentaron que debíamos ir a la cara norte del paso de Tiputa, a unos 50 metros de profundidad había más de doscientos tiburones merodeando la zona. ¡Había que ir a verlo! ¡Cómo no!

Empezamos nuestra inmersión perfectamente, hicimos un rápido descenso porque íbamos a apurar los límites de profundidad ya que bajando a 40 metros podíamos estar muy poco tiempo observando a los tiburones que estaban todavía más profundo. Todo perfecto, pero he de decir que era la primera vez que descendíamos hasta el límite y también fue la primera vez que realizábamos un descenso tan rápido. Ningún problema al compensar los oídos, nada de cansancio porque la corriente nos ayudaba pero al bajar más rápido de lo que estábamos acostumbrados y al descender a tal profundidad empece a notar un placaje excesivo de la máscara en mi cara.

Había experimentado esta sensación que todo buceador conoce. La máscara, por efecto de la presión nos hace un placaje en la cara, que debemos compensar expulsando un poco de aire por nuestra nariz. Hemos de meter un poco de aire en ese espacio para suplir la reducción de volumen de aire, mientras incrementa la presión ambiente. Pero nunca había experimentado que ese placaje podía llegar a ser tan «heavy».

Aquí puedes saber más acerca de los efectos de la presión en el buceo.

El caso es que miré el ordenador y marcaba ya los 32 metros de profundidad, la máscara me apretaba demasiado en la cara, soltaba aire por mi nariz y notaba alivio pero la máscara seguía demasiado pegada a mi cara y además se me comenzaba a empañar la máscara. Un poco de agobio: los tiburones de ahí abajo, la primera vez que vamos a apurar tanto la profundidad, estamos lejos de casa si algo pasa, no dominamos el francés, ese tiburón martillo enorme que nos siguió un tiempo, ese azul oscuro tirando a negro que se ve por debajo…

Era todo genial pero cuando es la primera vez que haces algo y surge un pequeño problema, la cabeza empieza a dar vueltas. Ese pequeño agobio te pone algo nervioso. Intentas disfrutar de tu inmersión, sacar vídeos y fotos de los tiburones de ahí abajo, continuar el buceo normalmente pero no; el placaje de la máscara y los demonios de tu cabeza hacen que no sea una inmersión normal.

He de solucionar de inmediato el tema de la máscara me dije. Hasta que no eliminase esa pequeña molestia sabía que no iba a ser una inmersión cómoda. Ok, no hay problema. Me dí cuenta de que la máscara estaba algo más apretada de lo normal, porque había comprobado y centrado bien la tira antes de sumergirnos y quizás la habría dejado algo más apretada. Estábamos en el limbo, nuestros ordenadores marcaban ya los 36 metros de profundidad y yo quería aflojar un poquito la tira de mi máscara. Bien, me la quito, la aflojo, me la pongo, la vacío y a seguir. Eso fue lo que me dije y eso hice.

Pero en ese momento olvidé que la presión a 40 metros no tiene nada que ver con cuando te quitas y te pones la máscara a diez o doce metros. El agua empieza a entrar a cholón por los caños de tu nariz. Quieres expulsar aire por tu nariz pero no, no. El agua quiere entrar con bastante más fuerza de lo que tú expiras.

Claro, jamás había notado esa sensación. El pequeño agobio subió un nivel. Afloje la tira un poquito, me puse la máscara rápidamente y la vacié (aunque recuerdo que también me costó vaciarla más de lo «normal»). Seguimos buceando. Yo asciendo un par de metros y continuo buceando por encima y cerrando al grupo (sólo eramos cinco). En ese momento ya me daba igual la cámara de fotos, los tiburones y que la inmersión llegase a su fin. Estaba con menos aire que el resto (por los momentos de agobio que pasé) y la máscara me seguía molestando.

Aflojo la tira de la máscara un poco más, pero esta segunda vez sin quitármela de la cara. ¡Ya está! pensé; a disfrutar lo poco que me quede inmersión. Ahora sí estoy cómodo. Bien, no me duró en la cara ni cinco minutos. Un golpe de corriente me la quería retirar, estaba demasiado floja. Procedo a ajustarla y… otra vez. Otra vez ese agua queriendo entrar a presión por mi nariz. Pensé que se había roto la silicona del faldón, me la ajustaba con la mano a la cara y seguía entrando agua. Se ha tenido que romper pensé. El nerviosismo aparece, el agobio sube otro nivel. Mi consumo de aire se dispara mientras intento exhalar el aire de mi nariz con mayor fuerza de la que el agua quería entrar.

Aparece la guía de la inmersión frente a mí. Le comunico el problema (ella me estaba viendo exhalar muchas burbujas por mi nariz, claro. Algo no iba bien con la máscara). También ella pensó que podía estar rota por la parte de la silicona que bordea la nariz. La apretaba contra mi cara, seguía ocurriendo lo mismo. Indicó que me pinzase la nariz, dio el fin de inmersión y comenzamos un ascenso muy lento para hacer la parada de seguridad.

Yo ya estaba perfecto, la máscara llena de agua pero sin la molestia del placaje y sin luchar contra la presión con mi nariz. Era sencillo, sólo había que pinzarse la nariz. Pero una experiencia nueva, en una situación nueva, haciendo determinadas cosas por primera vez, nervios, algo de agobio, la corriente, esa sensación físicamente rara del agua a presión queriendo entrar por tu nariz. Todo ello, en su conjunto, no me dejó ver algo tan sencillo: pinzarse la nariz. Es de cajón, ¿verdad?

Fueron segundos, a mí me parecieron varios minutos. Fue un pequeño problema bien solucionado, a mí me pareció un mundo. No llegue a tener miedo, mi objetivo era llegar a la cota de los 12 o 15 metros y bucear sin máscara (ya lo había hecho) pero esa sensación de que el agua entra en tu nariz con tanta fuerza sí me puso bastante nervioso por un tiempo. Experiencia de buceo.

Siempre hemos de comprobar el correcto funcionamiento del equipo y su comodidad para la inmersión. Sobre todo si la inmersión va a ser profunda.

Otra experiencia poco común fue cuando me picó el Bicho de la Restinga.