Cuando vamos a viajar siempre nos viene a la cabeza la cuestión de volar después de bucear. ¿Podemos? ¿Cuándo podemos? ¿Por qué era? ¿Qué dicen los expertos? Como buceadores y buceadoras, todos lo aprendimos en nuestra formación y de hecho es un aspecto que debemos tener muy en cuenta siempre, ya que es un asunto muy serio.
No podemos volar después de bucear. Claro que no. La respuesta es muy tajante ya que puede comprometer seriamente nuestra salud.
¿Se puede volar tras bucear?
Ya hemos dicho de forma tajante que no. No debemos tomar un vuelo después de haber realizado una inmersión. Pero claro, hemos de recordar bien lo que aprendimos en nuestras formaciones de buceo ya que el asunto no es tan desconcertante. Y es que no se trata tanto de si podemos o no tomar un vuelo después de bucear sino de cuándo podemos hacerlo. Ahí está la clave. Cuánto tiempo ha de pasar desde que salgo del agua hasta que despega el avión. Eso es lo verdaderamente importante. Aquí dejamos la respuesta para tenerlo bien claro:
Cuándo podemos volar después de un buceo
Si hemos realizado una inmersión recreativa debemos esperar doce horas, al menos, antes de volar tras bucear.
Si llevamos varios días buceando, hemos realizado inmersiones continuadas o acumulamos dos o más inmersiones sucesivas tendremos que esperar, como mínimo, dieciocho horas en superficie.
Si hemos realizado algún buceo con descompresión tendremos que esperar, como mínimo, un día entero (24 horas) antes de tomar un avión. Cualquier buceo que haya requerido una parada de descompresión, planeada o por emergencia. No se incluye en este supuesto la parada de seguridad que debemos realizar en el buceo recreativo, cuando nos aproximamos a los límites de no descompresión.
El porqué de estas normas para volar después de una inmersión
La acumulación de nitrógeno en nuestros tejidos mientras buceamos, a causa de los incrementos de presión ambiente a la que nos exponemos en el buceo. Sabemos que el nitrógeno que absorbe y contiene nuestro organismo mientras buceamos sigue estando presente cuando salimos del agua. Fenómenos de saturación, sobresaturación y desaturación.
Mientras ascendemos al finalizar nuestras inmersiones y en los intervalos de superficie, nuestro cuerpo comienza a liberar ese nitrógeno que, de forma natural, expulsamos al aire con nuestras exhalaciones gracias al intercambio gaseoso que se produce en los pulmones. Pero sabemos por nuestra formación en qué consiste la enfermedad descompresiva. Conocemos que es la principal motivadora de la mayoría de las normas básicas en el submarinismo, como por ejemplo:
- No superar los límites de no descompresión, en buceo recreativo.
- Planificar correctamente y cumplir las paradas de descompresión, en el buceo técnico.
- Respetar, en todo momento, la velocidad de ascenso.
- Cumplir los intervalos de superficie planificados entre inmersiones.
Y… no planear un buceo a las once de la mañana y una excursión de montaña después de comer, en el mismo día.
Al ascender a mayores altitudes favorecemos que el nitrógeno, que todavía contiene nuestro organismo, salga de nuestros tejidos y nuestra sangre formando burbujas al pasar a zonas con menor presión ambiente. Estaríamos comprando boletos para la rifa de la enfermedad descompresiva. Es el mismo motivo por el cual no debemos volar después de bucear.
Al igual que debemos respetar los tiempos de intervalo en superficie entre inmersiones sucesivas, tendremos que respetar estos «intervalos sin altura» de doce, dieciocho o veinticuatro horas antes de coger un avión.
Lo que dicen los expertos acerca de volar tras bucear
Hasta hace no demasiados años se creía que no podíamos volar tras bucear sin dejar pasar, al menos, veinticuatro horas. Sin embargo los últimos estudios, que se basan en la evidencia empírica, han permitido a la comunidad de buceo concretar más estos tiempos de desaturación de nitrógeno en nuestros organismos. Las certificadoras, las asociaciones de buceadores y los organismos de buceo como DAN suscriben y se acogen a los nuevos tiempos, más cortos, a tener en cuenta antes de poder volar tras haber practicado submarinismo.
No hay evidencia alguna que relacione la probabilidad de sufrir enfermedad descompresiva con tomar un vuelo si se respetan los límites, antes mencionados, de doce y dieciocho horas (según el caso) en el buceo recreativo y de 24 horas, en el caso de haber tenido que realizar alguna parada de descompresión.
Conclusiones de volar después de bucear
Como en el buceo siempre es mejor pecar de pasarse que de no llegar y nunca nos va a influir negativamente el ser más restrictivos con nuestras decisiones, creo que el asunto no nos complica demasiado la existencia. Además vemos que las diferencias de tiempo no son tan significativas como para ponernos a llorar; mucho menos si las tenemos en cuenta en el ambiente recreativo que nos atañe. Podemos volar seguros si nos acordamos de lo siguiente:
- 12 horas si hemos realizado un buceíto.
- 24 horas si hemos realizado varios o llevamos varios días haciendo inmersiones.
Si queremos simplificar todo un poco más, creemos que tenemos algún factor más que pudiera favorecer la enfermedad descompresiva o hemos rozado los límites en alguna de las inmersiones, son unas vacaciones de buceo o cualquier aspecto que nos haga pensar que debemos permanecer más restrictivos, nos curamos en salud si mantenemos esta premisa: Volar después de que hayan pasado al menos, veinticuatro horas tras nuestra última inmersión. Lógico, sencillo, seguro y fácil de recordar ¿no?
Recuerda que debes tener las mismas consideraciones a la hora de ascender a altitudes elevadas.
Subir al Everest, al Teide o al Moncayo tras haber buceado, tampoco es una buena idea.
Toda subida que suponga ascender por encima de los 800 metros de altitud debería ser considerada igual que un vuelo, de cara a la seguridad de una persona buceadora. Además si debemos subir cualquier puerto de montaña tras haber buceado, es muy recomendable esperar un par de horas a nivel del mar antes de partir. La seguridad está siempre por encima de todo.
Tras las normas, la lógica y tu buen juicio como buceador es lo que cuenta.
Debemos cumplir las normas de buceo por nuestra propia seguridad, siempre. Pero… ¿si he realizado un buceo y sale mi avión justo doce horas después? y ¿si he realizado tres buceos y el vuelo sale justo tras 20 horas? o ¿si he cogido unas vacaciones de buceo en las que voy a bucear a diario tres inmersiones hasta el día previo al vuelo de vuelta?
Este tipo de casuística se da, muy a menudo de hecho. En todos los casos se cumplen las normas pero a veces nos podemos sentir temerosos con ello, por rozar demasiado el límite acordado. Hemos de saber que estos tiempos ya contemplan unos márgenes de error, como toda conclusión que proviene de la estadística. Estamos seguros cumpliendo los tiempos establecidos. Pero…
- Puedes realizar ese buceo a una menor profundidad de la planeada. Estar un menor tiempo de fondo…
- Puedes planificar esa serie de buceos con unos límites más restrictivos y estando más lejos de la no deco.
- Puedes realizar una parada de seguridad «obligatoria» aunque no lo sea.
- Realiza los ascensos a una velocidad más lenta que la establecida.
- Introduce factores de restricción a tu ordenador de buceo.
- Hidrátate muy bien, descansa muy bien y no consumas bebidas alcohólicas esos últimos días.
- No realices ejercicio físico duro durante esa semana de buceo.
En definitiva, son muchas las cosas que podemos hacer para minimizar ese riesgo que puede estar en nuestra cabeza, aún teniendo el vuelo dentro de los tiempos establecidos, para una mayor seguridad.
Esperamos que haya bien claro este tema y en el siguiente post del blog hablaremos de otra cuestión que, muchas veces, alguien se pregunta. Veremos si se puede bucear después de volar.